Le queda por convencer sólo a un banco extranjero para que refinancie su deudamadrid. A las doce de la mañana en la calle Ayala de Madrid. Es la hora y fecha en la que estaban convocados ayer los consejeros de Reyal Urbis. Una reunión en la que el presidente de la inmobiliaria, Rafael Santamaría, transmitió optimismo al resto del consejo sobre la refinanciación de la deuda de más de 3.000 millones de euros. Y es que el primer ejecutivo confía en que la próxima semana esas palabras se conviertan en una realidad mediante la firma de un acuerdo con las entidades financieras acreedoras, informaron a este diario fuentes cercanas a las conversaciones. El plan pretende modificar las condiciones del crédito sindicado de la inmobiliaria al actual entorno del sector residencial y financiero. En un principio, la mayoría de bancos, liderados por el Santander, respaldan ese plan. No obstante, no se pueden lanzar las campanas al vuelo, pues no todo es un camino de rosas. Y es que Reyal Urbis no ha convencido a una entidad financiera extranjera, que por el momento se muestra reticente a firmar esa propuesta. Algo lógico si se tiene en cuenta la vorágine que se vive en el sector financiero a escala mundial. El 'OK' del consejo Pese a ese pequeño obstáculo, Santamaría confía en que el grupo de bancos y cajas autoricen la refinanciación de la deuda. Por ahora sólo cuenta con el el visto bueno del consejo de administración del grupo. En esa misma reunión también se presentó un plan de negocios que comprende los ejercicios de 2008 y 2015. La filosofía de esa hoja de ruta es recortar costes, desinvertir en activos y acelerar la comercialización de viviendas. Algo lógico menos gastos e intentar llenar un poco las arcas para pagar las deudas. De hecho, se rumorea en el mercado que el Santander ya le ha echado un cable comprándole a la sociedad algunos suelos y oficinas. Esta estrategia también contó con el respaldo de la máxima cúpula administrativa y va ligada al plan de refinanciación de la deuda. La propuesta inicial que Reyal Urbis presentó a sus bancos acreedores contempla aplazar el pago del préstamo principal durante los próximos tres años, es decir, que si se firma la próxima semana el acuerdo con las entidades acreedoras, la inmobiliaria estaría eximida de amortizar el crédito principal hasta el tercer trimestre de 2011. Una manera por la que evitaría el compromiso financiero de 562 millones de euros que debía abonar la compañía a lo largo del actual ejercicio. Durante este periodo de prórroga, la promotora, que controla y preside Santamaría, debería pagar los intereses generados por el préstamo. La idea de la cúpula ejecutiva es efectuar esos desembolsos cada semestre. En las cuentas del primer semestre de 2008, los gastos financieros contabilizaron 191 millones de euros, lo que representa el 23 por ciento de los ingresos totales de la compañía. En esta partida de gastos es donde las compañías contabilizan los intereses de sus préstamos. Otra de las propuestas iniciales de Reyal Urbis es que el plazo de la deuda se extienda a siete años. De manera que si se cierra el acuerdo ya, la última amortización del préstamo se efectuaría en 2015. Hasta ahora el último vencimiento del crédito, que solicitó Reyal para comprar Urbis, está fijado en 2013, por lo que pide extenderlo dos años más. Estos dos puntos son las líneas básicas que Santamaría ha propuesto a sus bancos acreedores para refinanciar su deuda. Un esquema parecido al que han logrado el resto de sus compañeras: aplazar las amortizaciones de sus préstamos en los próximos dos ejercicios.