Royal Bank of Scotland (RBS), entidad en la que el Gobierno británico controla un 72,6 por ciento del accionariado, ha registrado pérdidas de 2.514 millones de libras (2.795 millones de euros) en los nueve primeros meses del año, frente al beneficio de 761 millones de libras (846 millones de euros) contabilizado en el mismo periodo de 2015, como consecuencia principalmente del impacto de provisiones por litigios y costes de reestructuración. Hasta septiembre, la entidad escocesa destinó un total de 1.740 millones de libras (1.935 millones de euros) a provisiones por litigios y disputas legales, un 20 por ciento más que un año antes, mientras que asumió un impacto negativo de 1.099 millones de libras (1.222 millones de euros) por costes de reestructuración, aproximadamente la mitad que en el mismo periodo de un año antes. La cifra de negocio de RBS entre enero y septiembre alcanzó un total de 9.374 millones de libras (10.424 millones de euros), un 10,2 por ciento menos.