Había previsto duplicar ingresos en cinco años y suma ya dos ejercicios de caídaLa empresa de vinos y zumos J. García Carrión, propietaria de la marca Don Simón, suma dos años consecutivos de descenso de las ventas y se aleja de los objetivos marcados en el plan estratégico que puso en marcha al cierre de 2014. Entonces, anunció que su objetivo era alcanzar una facturación de entre 1.500 millones y 1.600 millones en 2020, pero la realidad está siendo distinta. Desde el récord que alcanzó en 2013, con un volumen de negocio de 744,9 millones, los ingresos se han reducido un 7,2 por ciento, hasta 691,1 millones. En 2014, la facturación cayó ya un 1,47 por ciento y en 2015 lo ha hecho otro 5,8 por ciento. El presidente del grupo, José García Carrión, ha explicado en declaraciones a elEconomista que la razón fundamental de este descenso está en que el grupo ha abandonado una parte de la producción de marca blanca, para centrarse en sus propias enseñas y recuperar así los ratios de rentabilidad. De hecho, los beneficios después de impuestos han crecido un 49,4 por ciento, hasta 25,1 millones. “Es cierto que hemos reducido algo la facturación, pero lo hacemos para sanear el balance y ser más rentables de cara al proceso de internacionalización”, asegura García Carrión. Lejos de las previsiones La compañía aseguró hace dos años, en distintas presentaciones y entrevistas, que iba a crecer “seguro” entre el 5 y el 10 por ciento en hostelería, mientras que la demanda en los supermercados permanecería estable, con ligeros repuntes, algo que, sin embargo, no se ha producido, debido a este cambio de estrategia. García Carrión había insistido en el pasado en que la exportación le reportaría “grandes alegrías”, con una previsión de crecimiento de “un mínimo del 10 por ciento” anual, centrando gran parte de sus esfuerzos en Estados Unidos y China. El objetivo era que de los 1.600 millones de facturación previstos para 2020, el 75 por ciento viniera del negocio internacional, frente al 40 por ciento actual. El problema es que esos objetivos se han frenado ahora, para así poder recuperar antes los márgenes. De acuerdo con las cuentas anuales publicadas en el Registro Mercantil, García Carrión ha reducido las ventas tanto de la división de vinos como de la de zumos y ha visto como caían también los ingresos tanto en el mercado nacional como en el exterior. Las exportaciones han bajado, en concreto, un 4,17 por ciento, mientras que las ventas en el mercado español lo han hecho en un 7,4 por ciento. Pierde peso internacional Esta mayor caída del negocio nacional es lo único que frena una mayor bajada del peso exterior, que aún así supone el 39 por ciento del total de la facturación. Es decir, por debajo de la cifra inicial de partida. En los últimos años García Carrión ha intentado diversificar su producción, desde los vinos de mesa a otros con denominación de origen, con productos como Pata Negra, vino de distintas procedencias a bajo precio, o el cava Jaume Serra, que ha crecido también con fuerza, debido a que es un producto muy barato, frente a Freixenet o Codorníu. La estrategia pasa por consolidar también otras marcas de vinos como Mayor de Castilla, Viña Arnaiz, Marqués de Carrión, Antaño o Señorío de los Llanos, para lo que este mismo año se ha dado un nuevo impulso con la compra de la bodega riojana de Paternina. La empresa cerró el ejercicio con una deuda de 425,5 millones. Los compromisos financieros a largo plazo aumentaron en el último año un 8,8 por ciento, hasta 301,3 millones, pero el apalancamiento a corto plazo se redujo, en cambio, un 4,6 por ciento, situándose en un importe de 124,2 millones de euros. Al margen de la deuda, el patrimonio neto se ha reducido ligeramente, hasta 273,2 millones de euros al cierre del último ejercicio.