L a tecnología blockchain ha desatado una fiebre innovadora en el sector bancario. Es la arquitectura que sustenta el bitcoin y está llamada a revolucionar los sistemas de pago y el mismo modelo bancario. Ya lo está haciendo. Esta transformación digital, que irrumpió como una amenaza sobre la industria financiera, se ha convertido en foco de innovación del sector y abre un nuevo nicho de oportunidades de negocio. Esta nueva tecnología, también conocida como de cadena de bloques o de procesamiento distribuido, permite realizar transacciones de forma fiable y segura sin necesidad de un intermediario. Se basa en una especie de libro de contabilidad distribuido, virtual, que no necesita compensación de las contrapartes, y puede ser usada para asegurar y validar cualquier tipo de transacción, de forma segura, económica y fiable, reduciendo notablemente el tiempo y los costes de las operaciones. Un cambio absolutamente disruptivo respecto al modelo tradicional. Los primeros beneficios llegan de la mano de la mejora en eficiencia y la reducción de costes. Los bancos echan cuentas. El uso de este tipo de tecnologías podría suponer un ahorro de entre 15.000 y 20.000 millones de dólares anuales para el sector financiero en 2022, según un estudio realizado por Santander InnoVentures presentado a finales de 2015. La entidad se ha puesto manos a la obra: Santander UK empezaba el pasado mes de mayo a utilizar esta tecnología para realizar pagos, y podría empezar a desplegar el servicio a sus clientes el próximo año. En este contexto, el número de proyectos en el que trabajan bancos y compañías tecnológicas se ha disparado. Pero hay coincidencia entre los expertos: la aplicación de la tecnologías blockchain aún tardará una década en estar madura, y la dispersión de las investigaciones, proyectos e iniciativas parciales puede generar ineficiencias derivadas de la falta de estandarización metodológica. Y avisan: esta tecnología no será la panacea que resuelva todos los problemas del sector, y para pasar de la fase instructiva a la de aplicación, y hacerlo con éxito, será necesario un esfuerzo conjunto y una estrategia de desarrollo colaborativo del sector financiero y tecnológico. ‘Blockchain’ sí, pero para qué Según un estudio realizado por SWIFT (la Sociedad para las Telecomunicaciones Financieras Interbancarias) y Accenture, existen diferencias entre las soluciones en el ámbito de la tecnología blockchain o tecnologías de libro mayor distribuido (DLT, Distributed Ledger Technologies, en sus siglas en inglés) y los requisitos de la industria. En otras palabras, existen puntos críticos que no se están abordando. Los puntos fuertes están claros: eficiencia y seguridad, trazabilidad, rapidez, ahorro de costes. Pero la tecnología no está lo suficientemente madura en ciertos requisitos clave del sistema, como control de datos, reglamentación y cumplimiento normativo, estandarización, escalabilidad o ciberseguridad. Desde la aparición de la tecnología DLT, “la industria de servicios financieros ha estado buscando respuesta a los interrogantes que se plantean sobre su potencial de uso -según Fabian Vandenreydt, Director de Valores, Innotribe y el Instituto SWIFT-. Ahora conocemos plenamente la nueva tecnología y sus beneficios, pero es necesario identificar cuáles son las áreas de aplicación más adecuadas”. Más allá de los avances en pagos en tiempo real, con el foco puesto en el consumidor, la tecnología blockchain se aplicará sobre todo a la banca mayorista, no comercial, a pagos internacionales y el comercio global. También se están explorando sus posibilidades en los mercados de valores. La aplicación del sistema de procesamiento distribuido “podría reducir sustancialmente los más de 40.000 millones de dólares de costes globales del procesamiento postnegociación de las operaciones de valores, y lograr reducciones considerables de costes y riesgos en otras actividades de servicios financieros”, según SWIFT. Sin embargo, “existe el peligro de que se creen expectativas poco realistas sobre en qué medida la tecnología, por sí misma, abordará la necesidad crucial de que se produzca un cambio coordinado de los procesos de negocio, tanto dentro de las empresas como entre ellas”, subraya el informe. En otras palabras: la aplicación de la tecnología blockchain, por sí misma, de forma aislada, no va a solucionar los retos a los que se enfrenta la industria financiera en general, y los mercados de valores en particular. Será necesario “un rediseño de los procesos de negocio de diversas empresas que forman parte del sector de mercado de valores. “El reto de utilizar el sistema de procesamiento distribuido en los mercados de valores no es sólo para demostrar su viabilidad tecnológica, sino para lograr la necesaria coordinación de la industria a la hora de rediseñar los procesos de negocio de las sociedades de valores”, señala Michael Mainelli, de Z/Yen Group. “La migración a un modelo basado en blockchain supone una oportunidad para la industria para armonizar los procesos de negocio, además de hacer frente a las ineficiencias que se arrastran desde hace tiempo en el proceso de post-contratación. Sin embargo, para obtener los beneficios completos de blockchain será necesario el compromiso de las contrapartes y de los reguladores”. Además, en la práctica, algunos de los beneficios de esta tecnología “se consiguen mediante mecanismos relativamente simples, por ejemplo, la reducción sustancial de los costes de la conciliación entre las dos partes de una transacción mediante el registro de los datos en el momento de la ejecución de operaciones en un libro de contabilidad bilateral compartida”, apuntan desde SWIFT.