Citigroup acusa al banco pretendido de "romper un acuerdo exclusivo" y anuncia acciones legalesNUEVA YORK. En un inesperado descuido, el banco estadounidense Wells Fargo arrebató la presa cazada por Citigroup al alcanzar ayer un acuerdo para adquirir Wachovia, en una operación que costará alrededor de 15.100 millones de dólares en acciones. A través de este matrimonio, Wells Fargo se hace un hueco en el trío de entidades que concentra el mayor número de depósitos de los norteamericanos. Los inversores recibieron la noticia con compras. A media sesión, Wells Fargo subía un 6,24 por ciento mientras que la pretendida, Wachovia, se revalorizaba un 72,38 por ciento. En el lado opuesto, Citi, que cayó un 12,4 por ciento. El punto de inflexión dentro de este thriller corporativo se produjo tan sólo cuatro días después de que Citigroup hubiera acordado comprar las operaciones bancarias de Wachovia a cambio de 2.200 millones de dólares, cerca de un dólar por acción. Sin embargo, el maltrecho banco, con sede en Charlotte, Carolina del Norte, rechazó la propuesta a cambio de vender el total de la compañía a Wells Fargo. Claro está, Citigroup no se quedará de brazos cruzados. El banco acusa a Wachovia de "romper un acuerdo exclusivo". Por eso, explora sus posibilidades legales para frenar el acuerdo. Por su parte, Robert Steel, presidente ejecutivo de Wachovia, defendió su decisión argumentando que "nos permite mantener a Wachovia intacta y preservar el valor de una compañía integrada, sin apoyo del Gobierno" La presidenta de la Corporación Federal de Seguros de Depósitos, (FDIC por sus siglas en inglés), Sheila Bair, dijo que la comisión está revisando las propuestas de compra de Wachovia presentadas por Citigroup y Wells Fargo. Aún así dejó claro que "la FDIC respalda su acuerdo anunciado previamente con Citigroup". El matrimonio entre Wachovia y Wells Fargo concentrará los depósitos bancarios de los estadounidenses en las manos de tres entidades: Bank of America, JP Morgan Chase y el propio Wells Fargo. Este olimpo bancario controlará el 30 por ciento de la industria y su implacable poder, sin rivales a la vista, les permitirá imponer precios y tarifas para sus servicios y préstamos en un momento en que la hegemonía financiera sufre una impopularidad y desconfianza sin precedentes. Por eso, se espera que los reguladores federales ejerzan una mayor presión y escrutinio sobre estas entidades. Wells Fargo conseguirá, tras la adquisición de Wachovia, crear una red de sucursales a lo largo y ancho del país pudiendo competir directamente con Bank of America y JP Morgan Chase. Además, potenciará su presencia en Nueva York y Florida, así como otras urbes clave de la costa atlántica. El banco, con sede en San Francisco, no requerirá asistencia por parte de la FDIC. La entidad planea emitir alrededor de 20.000 millones de dólares en nuevas acciones comunes para financiar la compra. Bajo los términos del acuerdo, aprobado por los consejos de administración de ambos bancos, los accionistas de Wachovia recibirían 0,1991 títulos de Wells Fargo por cada uno de Wachovia. La transacción se ha basado en 35,16 dólares, el precio de cierre de los títulos de Wells Fargo el pasado jueves. La operación debe ser aprobada por la junta de accionistas de Wachovia y los reguladores. Bajo el acuerdo con Citigroup, Wachovia se hubiera quedado con algunas de sus operaciones, entre las que se incluyen sus franquicias de inversión. Eso sí, Citi se quedaría con su jugosa partida de depósitos. Sin embargo, la FDIC hubiera tenido que intervenir para garantizar unas pérdidas por encima de los 42.000 millones de dólares a cambio de warrants y acciones preferentes por valor de 12.000 millones de dólares. La fusión entre Wells Fargo y Wachovia creará un gigante bancario con 787.000 millones de dólares en depósitos y activos por valor de 1,42 billones de dólares, cifras que duplican las que actualmente registra Wells Fargo. La nueva entidad tendrá 10.000 sucursales y empleará a 280.000 trabajadores. Wells Fargo y Wachovia han sido objeto de especulaciones durante muchos años. Sin embargo, Wachovia, al igual que le ocurrió a Washington Mutual, se ha visto ahogada por los tóxicos préstamos hipotecarios de alto riesgo, lo que incrementó la necesidad de un fusión de última hora. El valor de sus activos ha caído más de un 74 por ciento en el año. Por su parte, Wells Fargo, con sede en San Francisco, ha sufrido fuertes pérdidas por su exposición al mercado hipotecario de California aunque el impacto ha sido menor que el del resto de entidades de EEUU. El banco supo cubrirse las espaldas al mantener relativamente altas sus exigencias a la hora de entregar préstamos hipotecarios. Además optó por lidiar con buena parte de sus hipotecas en lugar de "empaquetarlas" y venderlas a otros inversores. Sin un banco de inversión de por medio, la entidad se libró de sufrir los aprovisionamientos que desangraron a Wall Street.