Ha impedido la entrada de Sacyr en el consejo de administración de la constructora EiffageDebía ser una fusión entre iguales. Debía tratarse de privatizar un subsector de la energía, el del gas, en Francia, controlado por el Estado para apaciguar los aumentos de precios y garantizar el suministro. Todos los accionistas estaban de acuerdo con las condiciones pactadas. Pero en el último momento, y como ocurre en cualquier operación financiera, apareció un imprevisto. Un accionista multimillonario, Albert Frère, creyó el pasado mes de mayo que el pacto de fusión entre Suez y y Gaz de France (GDF) castigaba sus intereses. Frère consideró que el intercambio de acciones acompañado de un euro suplementario por cada título que posee de Suez no valora en su justa medida al grupo privado. ¿Pero quién es este hombre de negocios que se opone a una operación de enorme calado político y empresarial? El apetito de este financiero octogenario y aristócrata belga no deja de incomodar en Francia. El barón Albert Frère comenzó su vida laboral en la región francófona (valona) de Bélgica. Hijo de un vendedor de clavos, comenzó a amasar fortuna a los 30 años con el comercio de acero en los alrededores de la ciudad de Charleroi. Sin poseer estudios universitarios y con el único recurso de las ventas que le proporcionaban las incipientes industrias acereras de la Bélgica francófona (más pobre y más industrial que la parte flamenca), Frère empezó a montar el hólding Groupe Bruxelles Lambert (GBL), con el que posee el 8 por ciento del capital de la francesa Suez, el 3,9 por ciento de la petrolera Total Fina, el 26,3 por ciento de Imerys, el 11,3 por ciento de la constructora Lafarge, el 10 por ciento de la concesionaria francesa Eiffage -cuyo primer accionista es la constructora española Sacyr Vallehermoso- y los poderosos fondos de inversión PAI Europe, Sagard Private Equity y Ergon Capital. Frère es un accionista de peso en el capital de Eiffage y uno de los principales instigadores en contra de la entrada de la española Sacyr en su consejo de administración. Y todavía hay más: hasta hace poco tiempo, Frère poseía el 25,1 por ciento del coloso editorial alemán Bertelsmann, del que se ha desprendido por 2.400 millones de euros. "Frère invierte en grandes compañías para entrar en los consejos de administración e influir en la toma de decisiones. Es un devorador que se come el capitalismo francés", afirma a este diario un asesor financiero de la Bolsa de París. Con una fortuna valorada en 11.000 millones de euros por la revista Forbes, Frère ha invertido 2.000 millones de euros en dar bocados en bolsa de Total, Suez, Eiffage, Lafarge, Imerys... "No me gustan los trampolines hacia la fama, sino sentirme respetado por el poder", escribió el propio Frère en el diario Le Figaro. Entre sus posibles "incursiones" en Europa, figura su interés por la construcción y por la energía. "No me extrañaría que interviniera en la lucha por Endesa o en otros sectores en España", asegura el analista parisino. Frère no dudará en utilizar sus armas a través del hólding GBL: 4.000 millones de euros de liquidez tras la venta de sus acciones en Bertelsmann y unas líneas de crédito de 950 millones de euros. Todo un botín para seguir su festín de compras europeas...