Con el propósito de introducir la joyería dentro del circuito de compras de la mujer, nació Aristocrazy en el año 2010. Su primera tienda, en la madrileña calle de Serrano, marcó el comienzo de una próspera etapa: 65 puntos de venta a nivel nacional y presencia en México, Chile, Portugal, Guatemala y Estados Unidos. Tras convertirse en la primera firma de joyería en desfilar en una semana de la moda, Aristocrazy ultima ahora los detalles de su próximo desfile: este miércoles presentan la nueva colección otoño-invierno. “Será un espectáculo que no va a dejar indiferente a nadie”, afirma Juan Suárez, director ejecutivo de la firma. El mes que viene se cumplen seis años desde la apertura de la primera tienda. ¿Qué balance hace de esta etapa? Muy positivo. Yo creo que, tanto los que nos han acompañado en esta aventura como yo, hemos aprendido muchísimo, a marchas forzadas en muchas ocasiones. Realmente, este negocio se aproxima más al mundo del retail que al de la joyería. Por ejemplo, en lo que respecta a cómo operamos en los puntos de venta, el surtido o la forma de mostrarnos al cliente está más cerca del retail, pero en cuanto a la compra de materiales y a la fabricación de las piezas estamos muy próximos a la joyería. Ahora mismo, la marca está en un punto muy dulce. Sin embargo, también estamos en el momento de pensar qué queremos ser de mayor. Nuestro objetivo es ser una firma internacional, pero es un camino difícil, en el que competimos con grandes grupos y que llevan muchos más años que nosotros, con lo cual tenemos un reto muy importante por delante. ¿Cómo surge Aristocrazy? Una de las características de Suárez es que se percibe como alta joyería, por lo que llega a un nivel de la pirámide relativamente pequeño. Uno de nuestros objetivos con este proyecto era llegar a un público más amplio. Además, creíamos que había un gran nicho de mercado entre la bisutería de diseño y la joyería accesibles, por lo que pensamos que haciendo joyería de diseño podíamos cubrir ese hueco. Creamos una nueva marca y el proyecto vio la luz con mucho potencial. ¿Qué encontramos de la firma Suárez en Aristocrazy? Aspectos como la atención al cliente o la fabricación mantienen el mismo nivel en ambas marcas. De hecho, nuestra fabricación es completamente como la alta joyería. La diferencia es que en Suárez fabrican prácticamente todo con oro y nosotros la mayoría de las piezas las hacemos con plata, que es más barata, por lo que somos más accesibles... Por contrapartida, nos diferencian muchos aspectos como el posicionamiento o la cultura. ¿A qué cree que se debe el éxito de la firma? Yo creo que es un compendio de varios aspectos. Uno de ellos es el modo de ofrecer el producto, que ha sido muy novedoso y eso ha suscitado bastante interés. Es decir, la firma se ha hecho muy apetecible. Además, el tipo de tienda es un aspecto muy importante, la gente quiere entrar en un sitio y sentirse cómodo... ¿Cuáles son los desafíos del sector de la joyería? El sector de la joyería va a tener que ser muy transparente y cercano con su cliente. Es fundamental que las nuevas generaciones se sientan parte de las firmas, y nosotros somos responsables de hacerlos partícipes. ¿Cuáles son los planes de futuro de Aristocrazy? La verdad es que vivimos muy al día, por lo que ahora mismo la idea es desfilar este miércoles, hacerlo muy bien, que tenga la máxima repercusión posible... Yo creo que es un orgullo que una marca española se atreva a hacer algo así. En términos generales, nuestro reto es intentar ser una marca muy potente a nivel internacional.