Luis González Díez preside desde 2014 la corporación farmacéutica profesional que cuenta con más colegiados en España. Encara la segunda mitad de su mandato con la satisfacción de las firmas del nuevo concierto y convenio de colaboración con el Gobierno madrileño y el reto de alcanzar una nueva ley de ordenación farmacéutica, y por qué no, acabar en esta legislatura con el sistema de descuentos que grava las ventas del sector. Hasta ahora, ¿cuál ha sido su decisión más difícil? Liquidar el Fondo de Ayudas Económicas a Jubilados y por Fallecimiento para repartir el fondo existente entre los propios colegiados, como así aprobó la Asamblea General. Entiendo que, tras tantos años, supone un sacrificio para muchos compañeros, pero también se ha comprendido que las ayudas eran deficitarias y que desde la UE se ha recomendado al Gobierno y a los colegios profesionales eliminarlo. ¿Y la más satisfactoria? Creo que la firma del nuevo concierto y del convenio de colaboración son excelentes noticias para la profesión. El concierto nos aporta estabilidad económica y mejora las garantías de pago a las farmacias, además de eliminar los descuentos del 10 por ciento en la facturación de recetas por los suministros a residencias y mejorar la retribución profesional en la formulación magistral. El convenio nos permite abrir camino en los servicios profesionales con seguridad y crecer en el terreno asistencial. Confío mucho en esta herramienta, que fija las condiciones para lograr una mayor participación de las farmacias en servicios de información, seguimiento, promoción y protección de la salud de los ciudadanos. ¿Cómo se va a reconocer económicamente este esfuerzo del sector? Espero que de una forma justa. Ahora estamos en una fase de definición de cuáles son las áreas de mayor interés para los ciudadanos, la Administración y los farmacéuticos. Cuando obtengamos resultados en salud y en ahorros derivados de nuestra acción profesional, será el momento de ponerlos encima de la mesa. Los servicios profesionales no son la solución, pero sí parte de la solución para reforzar la economía del sector y garantizar la sostenibilidad del sistema de salud. ¿Con el margen de dispensación no es suficiente? En absoluto, y más si tenemos en cuenta cómo se siguen recortando los precios de los medicamentos y cómo han caído los ingresos de las farmacias españolas en los últimos años. La mitad de las dispensaciones tiene un PVP inferior a 3 euros y el gasto público en recetas está en niveles de 2005. Necesitamos recuperar el terreno perdido en la farmacia hospitalaria y suprimir el sistema de deducciones que repercute en nuestras ventas desde 2000. No tiene razón de ser cuando se está subvencionando a farmacias para que no cierren sus puertas. ¿Cree que se podrá derogar el sistema de descuentos en esta legislatura? Soy consciente de que Bruselas sigue apretando, pero no se puede seguir asfixiando a la farmacia a través de una doble imposición fiscal. Es el momento de permitir al sector coger aire para invertir en el futuro y lograr así una mayor implicación profesional en la atención sociosanitaria que traerá importantes ahorros y calidad asistencial. ¿Sería su primera reclamación al futuro o futura titular de Sanidad? No le quepa ninguna duda. Es un compromiso que asumí en mi programa electoral y en este objetivo estamos trabajando.