Paga 450 millones y sienta a Carlos Cutillas en el consejo de la constructoramadrid. Algo se barruntaba la bolsa... El jueves, cuando la cotización de Sacyr Vallehermoso llegó a dispararse hasta un 13 por ciento en algunos momentos de las sesión -lo que gana en toda la semana-, saltaron los rumores. Se le casó con ACS y OHL, como novia pretendida y atrevido pretendiente. Un día después, se sabe que es la Mutua Madrileña -ningún constructor, pero un inversor atraído por el ladrillo-, el que ha hecho diana en su capital con permiso de la cortejada. La aseguradora que preside José María Ramírez Pomatta compra un 5 por ciento de Sacyr Vallehermoso y se cuela en su club de accionistas notables. Y paga 450 millones de euros en dos tramos. Por un lado, la constructora le vende un 2,835 por ciento que tenía a buen recaudo en autocartera por 264 millones -32,72 euros por acción- y luego la Mutua acude al mercado y hace acopio del 2,165 por ciento restante a un coste de 186 millones. "Hay que rebasar el 5 por ciento por razones fiscales -debió pensar la aseguradora-". Quedarse por debajo supone tributar dos veces por el dividendo. A veces es difícil alcanzar la meta por presupuesto, pero si de algo se enorgullece la Mutua es de su solvencia. Está henchida de cash. No hay necesidad de pedir un préstamo para invertir.El talón para pagar la entrada en Sacyr sale de los fondos propios. Pero bien podría haber llegado de la caja donde aún está frescos los 377,97 millones cobrados a Inmocaral por la venta del 10,02 por ciento de Colonial -241 millones son plusvalías.Ramírez Pomatta cambia ladrillo por ladrillo y en su cuartel central aseguraron que es una inversión "financiera" -como el resto- y realizada con vocación de preservar la independencia de la Mutua.A la aseguradora no le gusta involucrarse en la gestión de las participadas -tiene un 1,135 por ciento del Santander, que cuesta en bolsa 885,65 millones; y un 3 de ACS, valorado en 395,92 millones-. Dirigir no, pero sí vigilar desde dentro sus movimientos. Por eso siempre espera un hueco en el consejo y Sacyr se lo ha concedido. El sillón lo ocupará Carlos Cutillas, uno de los hombres más veteranos en la Mutua. La principal incógnita que se abre es ¿qué pasará con ACS? No hay ningún problema con tener participaciones en empresas rivales. Lo que no aceptan de buen grado las compañías es sentar en sus consejos al mismo inversor. La Mutua no tiene consejero en ACS, pero lo esperaba "más pronto que tarde". A primera vista, parece apostar algo más fuerte por su competidor cuando el grupo de Florentino Pérez está inmerso en la macrooperación Iberdrola-Unión Fenosa.