El grupo deja al margen de esta operación al Banco de Andalucía por su tamañomadrid. Desde hace tiempo el Banco Popular venía pensando en sacar de la bolsa a sus filiales regionales. Pero no ha sido hasta ahora cuando ha dado el paso definitivo. La operación, que coincide en plena caída del mercado, consistirá en la absorción por parte del grupo de los bancos de Castilla, Vasconia, Galicia y Balear. La entidad ha dejado al margen al de Andalucía por su mayor tamaño. Este proyecto es el primero que ha tomado la compañía en la era del recién nombrado consejero delegado, Roberto Higuera. El órgano de gobierno del Popular decidió ayer llevar a cabo una ampliación de capital de 2,03 millones de euros, con la puesta en circulación de 20,3 millones de acciones, el 1,67 por ciento del total. Estos títulos servirán para efectuar las absorciones, ya que se realizarán a través de un canje. Los objetivos, según fuentes del banco, son mejorar la liquidez de los inversores minoristas de las filiales regionales y cumplir con las recomendaciones del Buen Gobierno Corporativo. El capital en bolsa, en alguno de los casos, no supera ni el 5 por ciento y la frecuencia y los volúmenes de concentración son "insatisfactorios". Otro de los fines es la reducción de los costes regulatorios por las imposiciones de las sociedades cotizadas y eliminar la duplicidad de los numerosos y crecientes requerimientos del mercado de valores. La operación no tendrá efectos contables para el grupo debido a que están plenamente integrados en el balance. Canje de acciones El Popular cuenta en la actualidad con el 95,156 por ciento del Banco de Castilla y ofrece cinco acciones propias por cada tres de la firma absorbida que no controla: el 67,47 por ciento de Banco Balear y dará dieciséis títulos por cada siete; el 93,54 por ciento de Banco de Galicia y otorgará dos acciones por cada una; y el 96,817 por ciento de Banco de Vasconia y tenderá siete títulos por cada cinco. El Popular, que necesita las autorizaciones legales pertinentes y de las juntas generales de todos los agentes partícipes, señala que la operación no prevé la existencia de compensación complementaria de dinero, salvo en el caso de que sea necesario establecer mecanismos para facilitar la realización del canje. El grupo precisa que no existen titulares de acciones de clases especiales de las firmas absorbidas, por lo que no procede el otorgamiento de ningún tipo de derecho especial ni el ofrecimiento de ningún tipo de opciones. El asesor financiero de la operación, Credit Suisse, ha señalado que la ecuación acordada es "equitativa". Se ha tomado como referencia para la prima el valor contable a cierre de los balances del 30 de junio, con dividendos incluidos. Las nuevas acciones que emita al mercado tendrán derechos económicos a partir del próximo 17 de enero; es decir, que se les aplicará el dividendo repartido a partir de esa fecha. La absorción no afectará, en principio, a la identidad corporativa de cada filial. Cada una de ellas seguirá operando bajo la misma marca en los diferentes territorios. Tampoco variará la situación de Banco de Andalucía, del que posee el 80 por ciento, ya que ha decidido dejarle al margen de este proyecto. Esta filial aporta a sus resultados la cuarta parte de los beneficios, más de 167 millones de euros. Alguna de las absorbidas, en concreto la de Baleares, contribuye con un importe diez veces inferior. Además, el capital que circula en bolsa del Banco de Andalucía es alto, por lo que permite en los ámbitos de liquidez y negociación bursátil mantenerlo en bolsa. En los últimos meses, la cotización del Popular y del resto de entidades financieras ha sufrido un correctivo en el mercado de valores por la crisis subprime y económica.