Algo que repite insistentemente Isidre Fainé, presidente de Fundación La Caixa y de Criteria, es que la Obra Social es “la razón de ser de la entidad financiera”. El grupo La Caixa, presupuesta cada año y desde 2008 a este apartado 500 millones de euros, el mayor del sistema financiero español, una cifra que incluso podría subir pronto con la mejora económica. De este presupuesto se ha ejecutado el 84,3 por ciento en estos ocho años, según datos de la Fundación, lo que hace que ésta disponga de un colchón de 628 millones acumulado durante estos ejercicios. El año en que presupuesto y ejecución estuvieron más cerca fue 2008, cuando destinó 297 millones a acciones de índole social y 168 millones a arte, cultura, medio ambiente, ciencia, investigación y educación. Un total de 465 millones. Por contra, cuando el volumen empleado estuvo más lejos fue en 2011, cuando el grupo catalán gastó 361 millones de euros. Los dos últimos años, el gasto real está por encima de la media, con 435 millones en 2014 y 445 millones el año pasado. La razón de que no coincida presupuesto y gasto realizado es la prudencia de la entidad, que optó por una ejecución conservadora ante la incertidumbre económica. El patronato de la fundación aprobó ayer embolsarse un dividendo de Criteria de 150 millones para su labor de obra social.