La mejora será a partir de 2017 y ligada al beneficio de la entidadDespués de 18 meses de tensas negociaciones, ayer se pactó el convenio laboral para los más de 75.000 empleados del sector de las antiguas cajas de ahorros. El acuerdo rubricado por los sindicatos Fes-UGT, CCOO y Csica con la patronal Acarl garantiza una subida salarial mínima del 3,25 por ciento hasta 2018, inferior al 4,5 por ciento logrado meses antes en banca. El acuerdo reconoce la congelación salarial para el bienio 2015 y 2016, un incremento retributivo del 1 por ciento en 2017 y del 1,25 por ciento al siguiente ejercicio. Fijados estos suelos, se reconocen mejoras complementarias y fuera de tablas del 0,25 por ciento ligado a beneficios y reparto de dividendos en la entidad y otro 0,25 por ciento si la rentabilidad es igual o superior al 6 por ciento. A pesar de amarrar actualizaciones inferiores al convenio de bancos se cierra un marco laboral que estuvo a riesgo de no alcanzarse, lo que en sí es una garantía para los empleados cuando se esperan nuevos ajustes de plantillas. En la negociación, los sindicatos han logrado a cambio doblegar la intención de las cajas de imponer jornadas partidas y adelantan, incluso, en una hora la salida de los jueves. Acarl retiró también su propuesta de ampliar la movilidad geográfica desde 25 a 50 kilómetros y ha aceptado mantener los trienios, el plus de convenio revisable y mejorar la cláusula de empleo. En contrapartida se reduce el salario de entrada, algo que reclamaban las entidades para aliviar la partida de costes ante la dificultad para mejorar la rentabilidad con el insuficiente negocio existente. El convenio regula el salario mínimo de entrada en 15.000 euros anuales el primer año y se eleva a 16.500 euros en el segundo ejercicio. Los sindicatos subrayaron ayer la tranquilidad que da disponer de la cobertura de un convenio sectorial propio hasta 2018, cuando la industria se podría enfrentar a la desaparición de otros 25000 empleos.