Los drones empezaron como juguetitos, pero en muy poco tiempo han encontrado aplicaciones muy diversas, desde el cine o la televisión a la observación de cultivos, la cartografía... Uno de las próximos objetivos, sobre los que ya trabaja entre otras compañías la española Arborea Intellbird, es el combate de enfermedades tropicales -dengue, zica...- a través de estas aeronaves no tripuladas. El programa consiste en atacar a los mosquitos que transmiten estos males directamente en la zona y sin que el hombre tenga que exponerse al contagio. Estos proyectos de momento sólo son viables en zonas despobladas, a baja altura y sin tráfico aéreo, pero a medida que se demuestren sus beneficios para la salud se extenderá. No obstante, si los drones se vienen usando con naturalidad para matar a terroristas, por qué no para mejorar la salud de todos.