L as compañías que se han lanzado a ir más allá del mercado nacional para vender sus productos en el extranjero gozan de mejor salud que las que optan por no exportar. La crisis económica hizo que nuestras compañías hicieran la maleta, un gesto del que ha dependido su propia competitividad económica, pero también la de de nuestro país. Esta es la conclusión general que se extrae del VII Diagnóstico financiero de la empresa española, elaborado por Cepyme y la escuela de negocios Eada. En este sentido, Antonio Garamendi, presidente de Cepyme, explica que “hemos alcanzado el 33 por ciento del PIB en exportaciones y, aunque en muchos casos ha sido por necesidad, la realidad es que hemos pasado de las 97.000 a las 147.000 empresas que venden fuera. Además, unas 40.000 compañías exportan regularmente”. Por otro lado, Garamendi hace hincapié en la potencialidad que ampliar las fronteras da a los negocios: “Los que están fuera tienen mejores ratios y resultados, les afecta menos el problema de la morosidad, tienen un mejor acceso al crédito y, asimismo, desde el punto de vista de la confianza, plantean que quieren contratar más personal”. Una realidad que han sabido ver las entidades bancarias, ya que su relación con las compañías que hacen negocios en el extranjero supone condiciones más ventajosas. En este sentido, sólo el 17 por ciento de estas empresas sufrieron restricciones de crédito el año pasado, cifra que se va hasta el 24 por ciento en las compañías centradas en el mercado español. Esta situación influye directamente en las comisiones bancarias, que aumentaron para un 41 por ciento de las exportadoras -frente al 53 por ciento-, y los tipos de interés, que se incremetaron sólo para el 11 por ciento de las compañías internacionalizadas -23 por ciento del resto-. Un escenario que apoya los resultados del estudio. Así, un 66 por ciento de las empresas exportadoras han visto incrementadas sus ventas a lo largo de 2015, frente al 52 por ciento de las que sólo comercializan en España. Además, el aumento medio de estas ventas para las primeras es del 5,5 por ciento, mientras que para las segundas es sólo del 2,8 por ciento. Por el lado contrario, también son menos las compañías que optan por la exportación que han registrado una caída de las ventas; en concreto, un 15 por ciento, 8 puntos porcentuales menos que aquellas que se centran en el mercado nacional -23 por ciento-. Esta realidad revierte directamente en los beneficios, ya que el 77 por ciento de las empresas internacionalizadas ha notado cómo estos crecían, un porcentaje que cae hasta el 63 por ciento en el grupo de las no exportadoras. Estos datos influyen en la rentabilidad económica (ROI) -parámetro que mide los beneficios de las inversiones- y que es del 6,6 y 6,2 por ciento, respectivamente. Si se toma como referencia uno de los grandes problemas que arrastran las compañías españolas, la morosidad, se observa cómo sólo un 13 por ciento de las que venden sus productos a varios países percibieron un aumento en los impagos, frente al 26 por ciento de las empresas no exportadoras que notaron que este problema empeoraba. Por el lado contrario, el plazo de cobro es algo más favorable para las compañías que trabajan sólo en el mercado interior, 64 días, frente a los 71 días de media que tienen que esperar las internacionalizadas. En cuanto a las previsiones para este 2016, las empresas exportadoras son algo más optimistas, y prevén un crecimiento medio de las ventas del 6,1 por ciento, porcentaje que desciende hasta el 5,5 por ciento para el resto. Previsión de contratación Según las cifras que arroja el estudio elaborado por Eada y Cepyme, las compañías españolas se han dado cuenta de que los despidos no son beneficiosos a la hora de incentivar el crecimiento de la propia empresa. Así, si en 2013 el 62 por ciento se planteaba reducir plantilla, este porcentaje ha caído drásticamente, hasta el 31 por ciento, durante el año 2015. Por otro lado, si nos fijamos en las previsiones de contratación, las expectativas están 1 punto porcentual por encima en el caso de las empresas exportadoras -36 por ciento-, frente a las que sólo operan dentro d el mercado nacional. Por el lado contrario, si consideramos el incremento medio de la plantilla, el porcentaje para las primeras es del 7,5 por ciento, frente al 7,9 por ciento que tienen previstas las compañías que no venden sus productos fuera de España.