La Universidad Complutense (UCM) está en un mismo proceso de reestructuración. La institución está abordando la revisión de su estructura para mejorar la calidad de su actividad docente e investigadora, atendiendo, en particular, a las nuevas demandas que la ordenación de los grados y másteres requiere. La UCM, la más grande de España con 185 departamentos y 26 facultades, ha hecho una propuesta de reordenación que dejaría la institución en 17 facultades, lo que implicaría la integración de nueve facultades en otros centros. El ahorro estimado de este Plan Director, que implica reestructuración de departamentos, facultades y servicios de gestión, es de 4 millones de euros, el 1 por ciento del presupuesto de la universidad (538,5 millones de euros). El vicerrector de Planificación y responsable del diseño de este plan, Juan Tejada, explica que la remodelación responde al objetivo de “liberar recursos humanos que pueden ser asignados a tareas de mayor valor añadido”, y “racionalizar el personal de apoyo para afrontar pérdidas de efectivos, así como ahorrar en compras a escala y en la utilización de los espacios”. Quieren crecer en docencia e investigación y modernizar las estructuras de hace 40 años. Además, insisten en descartar el ahorro como un motivo de este plan, “lo que queremos es destinar ese dinero, procedente de una gestión mejor, a lo verdaderamente imporatnte, gestión de las titulaciones (esperar crecer en grados y posgrados), mejorar el servicio al estudiante e invertir en nuevos proyectos de investigacion. En estos momentos, es impensable tener facultades sin un mínimo de investigación y, ahora, las hay”. “Queremos hacer un cambio cultural en la universidad y aproximarnos más a Europa”, añade Tejada. Por otro lado, la reestructuración también pasa por reducir los departamentos actuales (185) en al menos un 60 por ciento. Esto se haría fusionando departamentos similares. Requisitos para fusionar La propuesta establece para la reordenación de las facultades que los centros no tengan una carga docente de 50.000 créditos matriculados, tener más de 70 profesores permanentes y sumar un mínimo de 70 sexenios. Las facultades que no cumplen esos criterios son Comercio y Turismo, Estudios Estadísticos, Enfermería, Documentación, Óptica y Optometría, Filosofía, Ciencias Geológicas, Odontología y Trabajo Social. Las facultades con menos alumnos matriculados son Ciencias de la Documentación (462), Estudios Estadísticos (464), Odontología (773), Geológicas (793) y Óptica y Optometría (814). Actualmente, hay grandes diferencias en tamaños de las facultades en profesorado, estudiantes, investigación y titulaciones, disfunciones en la oferta de titulaciones, dificultades para lanzar proyectos institucionales fuertes de desarrollo de la investigación, gasto en edificios y falta de sinergias en la gestión de los medios materiales y un aislamiento físico de algunos centros respecto a los dos campus. Ante esta situación, el decano de la Facultad de Filosofía, Rafael Orden, ha remitido un escrito a los alumnos sobre la propuesta de fusión con la de Filología: “Perder una facultad es perder tradición, gestión de titulaciones que es lo que más nos preocupa y restarle identidad a los estudios de Filosofía. Nosotros tenemos menos de 70 profesores, pero eso significa que hay un desfase de profesores con el número de créditos que tenemos (más de 49.000). Se van a construir facultades megagrandes y van a seguir existiendo otras pequeñas. Considero que tiene más sentido unir facultades verdaderamente pequeñas, como por ejemplo Bellas Artes. Volveremos a tener los mismos desequilibrios”. “Tampoco existe una memoria económica, ni memoria jurídica. No sabemos si hay que poner un decano nuevo en funciones una vez hechas las fusiones, si tenemos que convocar una junta de facultad, tampoco hay marco legal para las fusiones”, añade. “Tenemos un incremento en la matrícula desde 2009-2010 porque tenemos dobles grados, somos la única facultad con un doble grado en Ciencias Políticas y Filosofía y Derecho”. Por otro lado, el decano indica que “no se sabe el calendario de este pre-borrador”, el Consejo de Gobierno donde se expondrá de forma oficial esta propuesta es a mediados de julio, y es a partir de entonces cuando tenemos que hacer alegaciones”. Por su parte, el vicerrector de la UCM ha indicado que, el “primer borrador estará en julio, momento en el que se abrirá un proceso de alegaciones y propuesta al documento por parte de toda la comunidad educativa. En octubre-noviembre nos gustaría tener un segundo borrador que tambien sería debatido de forma abierta y participativa. A partir de ahí, se iniciarían las conversaciones con la Comunidad de Madrid”. Tambien ha habido críticas por parte de otros decanos, como el de Odontología, que hará llegar al Rectorado una propuesta alternativa de plan de reestructuración. Por parte de algunos profesores de departamentos también ha habido quejas, alegando que es complicado organizar departamentos con más gente. Asimismo, la universidad ha advertido que este proceso no implicará la reducción del número de profesores o personal de administración y servicios. De hecho, se han aprobado las nuevas plazas para la institución, 196, de las que 103 son para personal de administración y servicios y 93 para personal docente e investigador. Actualmente, en la UCM estudian más de 78.000 alumnos y dan clase cerca de 6.000 profesores. La institución de educación superior destaca que las titulaciones, que es su principal activo, se verán reforzadas por una mejora en el apoyo a su gestión desde el punto académico y administrativo. Críticas de decanos En España, el fomento de la puesta en común de recursos a través de una cooperación más estrecha entre instituciones se ha reducido simplemente a los campus de excelencia internacional en el gobierno de 2008, pero no ha habido fusiones, como ocurre en muchos países europeos. Primero fue la Universidad de Barcelona, que ha reducido facultades y departamentos a casi la mitad, entre otras medidas para aligerar sus costes. Ha creado un nuevo centro, que agrupa 151 titulaciones, 8.299 estudiantes, 1.187 profesores e investigadores y 184 miembros del personal de administración y servicios. La catalana prevé ahorrar, a partir de este año, en torno a 400.000 euros anuales. A medida que la internacionalización de la educación superior crece, las universidades buscan racionalizarse, poniendo en primera línea las fusiones en la agenda de muchos países.