Permite a Danone y Lactalis pactar con los ganaderos una rebaja de los preciosMADRID. Francia va por libre. Las normas europeas de defensa de la competencia prohíben a las empresas pactar los precios. Pero al Gobierno de París parece no importarle. En los últimos meses, la industria láctea francesa ha pactado en dos ocasiones los precios con sus ganaderos. Mientras que en España las empresas han sido sancionadas por casos similares, parece que en el país vecino, esto no importa para nada. Compañías como Danone o Lactalis (President) se han reunido con sus proveedores y han fijado la última rebaja de los precios en un 4 por ciento, hasta 27 céntimos por litro. En los últimos cinco años, los precios de la leche francesa han caído ya un 14 por ciento, pero a los ganaderos no les preocupa demasiado esta situación. La bajada se compensa, en principio, con un aumento de las subvenciones directas, que se puede nelevar hasta 12 euros por cada 1.000 litros. Y cuando la tensión aflora, el Ministerio de Agricultura galo no duda en intervenir incluso como intermediario y poner paz.SanciónEl problema es que, ante esta situación, las empresas españolas comienzan a sufrir una fuerte presión. En 1999, el Tribunal de Defensa de la Competencia sancionó ya a las principales compañías lácteas españolas con una multa de 1.455 millones de pesetas de las de entonces (8,7 millones de euros) por pactar los precios que pagaban a los ganaderos y establecer una serie de bonificaciones y descuentos en función de las compras realizadas. Lo que ocurre ahora en Francia está arrastrando, sin embargo, a la industria a una situación dramática. La diferencia de precio con la leche gala es de tres céntimos por cada litro, aunque en los últimos meses ha llegado a ser incluso de seis céntimos. Los franceses podrían innundar España de leche barata. Luis Calabozo, director general de Fenil, la patronal láctea, asegura que existe un problema de fondo. "Mientras que a Francia le sobra leche -se calcula que tiene un excedente de millón y medio de toneladas anuales- a España le falta", asgura. Tenemos una cuota asignada desde 1986 de apenas seis millones de toneladas y el consumo supera, en algunas ocasiones, los nueve millones. Menor oferta"En su día hubo ganaderos que pensaron que cuanto menor fuera la oferta, mayor sería el precio. Pero no se dieron cuenta de que eso generaría numerosas dificultades, como la aparición de la leche negra, fuera de la cuota asignada", dice Calabozo.Al contrario de lo que ocurre con los franceses, la limitación de la cuota ha impedido a las empresas españolas competir en el exterior. "Los franceses se saltan las normas de la competencia y nosotros estamos obligados a importarles leche para poder sobrevivir. Aquí sería impensable un pacto de precios", dice el máximo responsable de la patronal láctea. Tras la multa de hace siete años el Servicio de Defensa de la Competencia ha vuelto ha investigar en alguna ocasión a las empresas lácteas ante indicios de que se podía estar produciendo un nuevo pacto de precios.