La petrolera quiere alcanzar una producción de 60.000 barriles de crudo, casi seis veces másLa alianza puede revertir provisiones por 2.100 millones si tiene que cerrar menos yacimientosRepsol y Sinopec quieren darle la vuelta a su negocio conjunto en Reino Unido. Para ello, la alianza TSEUK -que pasará a llamarse Repsol Sinopec Resources UK- invertirá 1.600 millones de dólares ( 1.400 millones de euros) en 2016 para revertir la crisis que atravesaba la empresa en los últimos diez años por el declino constante en la producción de sus pozos, tal y como explica el director ejecutivo de Upstream de la petrolera en Europa, África y Brasil, Tomás García Blanco a elEconomista. La intención de la compañía es incrementar la producción y reducir los costes previstos por el cierre de pozos para poder revertir parte de las provisiones existentes, que según los datos presentados ante la SEC ascienden a 2.400 millones de dólares ( 2.100 millones de euros) entre ambas empresas, por las necesidades de financiación del cierre de pozos que tendrá que afrontar la compañía en el futuro. Para gestionar esta situación, García Blanco y Luis Cabra, director general de Exploración y Producción, han viajado en varias ocasiones hasta Pekín para alcanzar un acuerdo con sus socios chinos para implementar una nueva y ambiciosa estrategia que permita pasar a la filial de una producción de apenas 10.000 barriles día a más de 60.000 barriles día a finales del plan estratégico. Para lograrlo, la petrolera española ha confiado de nuevo en Tomás García Blanco (el descubridor del megayacimiento de Vaca Muerta en la época en la que Repsol tenía YPF), que ya se encargó de gestionar las relaciones con la compañía china en Brasil y que con la última reordenación ha vuelto a recuperar estas funciones. Reorganización directiva Según explica el director ejecutivo de Upstream de Repsol para esta zona, la petrolera nombró el pasado 7 de abril a Bill Dunnett como nuevo director gerente, para que se encargue de gestionar las líneas estratégicas pactadas entre los socios. La primera medida que Repsol y Sinopec adoptaron fue reordenar la compañía. Para ello, la empresa optó por cambiar a los gestores. El 60 por ciento de la primera línea directiva es nueva y el restante 40 por ciento se ha adaptado a las nuevas exigencias impuestas por Repsol de mejoras de líneas de negocio y gestión de proyectos. Otra de las medidas más duras que la petrolera ha tenido que adoptar ha sido la reducción, desde los 3.000 empleados que había en 2015 a un total de 1.962 personas, es decir, la nueva gestión ha recortado un tercio de la plantilla y de este modo se han rebajado notablemente los costes operativos. Fuerte reducción de costes Según explicó García Blanco, en los primeros meses del año se han bajado estos costes operativos un 50 por ciento y se ha logrado un incremento de la producción del 57 por ciento, gracias en gran parte al fuerte recorte obtenido en el llamado lifting costs (costes de operación para producir un barril de petróleo; comprende el transporte, mano de obra, supervisión, suministros, reparaciones, regalías y otros gastos), que ha caído un 60 por ciento. El segundo objetivo que se marca la empresa es mejorar la eficiencia en la producción. Para ello, Repsol ha dispuesto un equipo de 40 personas en España, que se encargan exclusivamente de realizar un seguimiento sobre estos activos de forma que se pueda mejorar la extracción de los pozos actuales en operación. La tercera pata de la estrategia de la alianza es desarrollar las reservas existentes. La compañía cuenta con unos recursos estimados en 10.000 millones de barriles, repartidos en 57 campos y cuenta con una tasa de retorno del 40 por ciento. Por ese motivo, la empresa se planteará destinar a este objetivo 400-500 millones de euros, siempre que los precios del crudo acompañen. Según los estudios que ha realizado la petrolera hay varios yacimientos que tienen opciones de desarrollo (Claymore, Flotta, Piper, Montrose y Arbroath) y está haciendo una análisis en profundidad de cada una de las plataformas, para decidir qué inversión será necesaria en los próximos años. Para ello, la empresa mantiene negociaciones con Sinopec Service, pero también con operadores locales para poder trazar un plan de optimización de estas instalaciones y la inversión en desarrollo necesaria para los próximos años. No obstante, la petrolera ha fijado ya un ritmo inversor de 750 millones de dólares al año para el mantenimiento de las instalaciones existentes (opex). La empresa, por ejemplo, acaba de invertir en una nueva plataforma petrolífera para Montrose, que permitirá extraer alrededor de 100 millones de barriles equivalentes día. La cuarta parte de la estrategia es quizá la más delicada para la compañía, ya que se trata de la referente al decomisionado de los pozos. Según la normativa británica, el coste del cierre de estas instalaciones se reparte entre un 50 por ciento el taponamiento y otro 50 por ciento el desmontaje de las plataformas y la mitad de este dinero lo asumen las arcas públicas británicas. La intención de la compañía, pero también la del Gobierno británico, es poder reducir este gasto de forma considerable, ya que según las estimaciones que maneja el sector el cierre de las plataformas del Mar del Norte le puede costar entre 40.000 millones y 150.000 millones. En el caso de los activos de TSEUK, el coste provisionado por el cierre es de 2.400 millones por lo que la reducción podría ser considerable y mejorar notablemente las cuentas de las compañías matrices. Repsol y Sinopec, además, tienen aprobados dos grandes proyectos de inversión en la zona: Monarb y Flyndre Cawdor. Con la vuelta del precio del petróleo por encima de los 50 dólares, Repsol respira ya este año con tranquilidad, porque con los ajustes redujo su precio medio a 40 dólares.