Ignacio Sánchez Galán seguirá al frente del nuevo grupo fusionado, que estará bajo el control de ACSLa constructora ha desembolsado ya 3.300 millones para hacerse con el 10% de la eléctricamadrid. El sector eléctrico vive una auténtica tormenta. Si el lunes fue el grupo Acciona, propiedad de la familia Entrecanales, el que dio la campanada al quedarse con el diez por ciento de Endesa, ayer fueron Florentino Pérez, presidente de ACS, e Ignacio Sánchez-Galán, de Iberdrola, los que desvelaron sus planes de fusión.El grupo constructor anunció ayer que adquirirá el 10 por ciento de Iberdrola a 37 euros, lo que supone más de 3.300 millones. En realidad, se trata sólo del primer paso para la creación del primer gran grupo energético español. El paso siguiente será la fusión de Iberdrola con Unión Fenosa, operación que será estudiada esta misma semana por los consejos de administración de las dos empresas. La ecuación de canje que se baraja, a falta de los ajustes de última hora, son de 3 títulos de Unión Fenosa por cada 1,5 de Iberdrola.Para igualar la operación de canje ACS ordenó, como paso previo, a BBVA y Merril Lynch comprar el 10 por ciento de Iberdrola. El resultado será la creación del primer grupo energético español, con una valoración conjunta de alrededor de 42.200 millones que pasará a estar integrada en ACS.El grupo constructor presidido por Florentino Pérez tendrá alrededor del 40 por ciento de la nueva megaeléctrica. El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, se mantendrá como presidente de la futura eléctrica fusionada, con lo que se resuelven los conflictos de protagonismos que pudieran surgir. El actual presidente de Fenosa, Pedro López Jiménez, por el contrario, volverá al grupo ACS.La operación permitirá proteger a Iberdrola de la compra por parte de Enel, ya que quedará protegida bajo el paraguas de ACS, al igual que ocurre en la actualidad con otras grandes multinacionales como Abertis. De hecho, los acontecimientos se aceleraron debido a la inminente opa que preparaba la italiana Enel por la eléctrica presidida por Ignacio Sánchez Galán.La operación, al igual que la puesta en marcha por la familia Entrecanales en Endesa, permitirá por tanto mantener la españolidad de las eléctricas, a la par que permite la creación de un gigante europeo de la energía, con un enorme músculo financiero para realizar compras en Europa y en el resto del mundo.La fusión además parece el único camino posible. La razón principal estriba en la Disposición Adicional decimotercera de la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos de 2001, que limitaba los derechos de voto correspondientes a una sociedad que disponga de participaciones superiores al 3 por ciento en dos empresas significativas del mismo sector y que obligó por ejemplo a BBVA a elegir entre Repsol e Iberdrola. Además, la normativa establece que ninguna persona física o jurídica podrá designar, directa o indirectamente, miembros de los órganos de administración de más de una sociedad que tenga la condición de operador principal en el mismo mercado o sector por lo que para poder lograr el control, además de las sinergias, el único camino posible es la fusión.La normativa afecta únicamente a los mercados o sectores de generación, transporte y distribución de energía eléctrica; producción transporte y distribución de hidrocarburos líquidos; producción, transporte y distribución de hidrocarburos gaseosos; telefonía móvil y telefonía fija. Por ello, la operación adquiriría pleno sentido sólo si ACS pretende, en calidad de accionista principal de ambas sociedades, impulsar la fusión de las dos compañías.El objetivo final será crear un gran operador integrado en la Península ibérica, dada la participación del 9,5% que Iberdrola tiene en Energias de Portugal (EDP), que a su vez posee más del 98% de Hidrocantábrico. La integración de Fenosa e Iberdrola daría lugar a un grupo eléctrico con un beneficio neto conjunto de 2.196,7 millones de euros y una facturación de casi 18.000 millones. El vicepresidente económico, Pedro Solbes, aseguró ayer que "nunca" se posicionará en el debate de conseguir un "núcleo nacional" potente frente a la alemana E.ON, pero reconoció que le "encanta" que existan empresas españolas grandes y competitivas.