Con esta estrategia, la constructora espera no tener que deshacerse de Stanstedlondres. Ferrovial ha puesto en práctica la máxima de que la mejor defensa es un buen ataque y, antes de que nadie le obligue, ha puesto en venta Gatwick, el segundo aeropuerto de Londres, con 35 millones de pasajeros al año y 220 destinos. Un cambio de paso que puede empezar a escribir de manera muy distinta el destino de BAA, el gestor aeroportuario británico controlado por la compañía española. Ahora, puede alegar con mayor fuerza que sí existe competencia en Londres, ya que Gatwick pertenecerá a otro operador y, por tanto, carece de sentido tener que vender Stansted, como dijo, hace dos semanas, la Comisión de Competencia, cuando recomendó que BAA vendiera tres de sus siete aeródromos: dos en Londres (Gatwick y Stansted) y uno en Escocia (Edimburgo o Glasgow). Una decisión claramente contraria a los argumentos defendidos por Ferrovial y BAA, que piensan seguir peleando por mantener bajo su control el mayor número de aeródromos posibles. "Apelaremos la decisión si nos obligan a vender tres aeropuertos", reconoce Íñigo Meirás, consejero delegado de Ferrovial Aeropuertos ante las preguntas de los periodistas. ¿Y si el castigo se queda en dos? "Ahí ya no puedo responder", añade con media sonrisa. La compañía aprobó la decisión de desprenderse de Gatwick durante la reunión que tuvo el consejo de BAA el pasado lunes. Todavía está pendiente de seleccionar a los asesores que se encargarán de todo el proceso de venta, cuyo precio también se desconoce. Sólo el valor de los activos de Gatwick, según la autoridad de aviación civil británica, supera los 1.700 millones de libras (2.137 millones de euros) y sobrevolará los 2.100 millones de libras en 2013. A esta cantidad hay que añadirle una prima, la deuda de Gatwick y los mil millones de libras que ya están comprometidos y que el nuevo propietario deberá invertir en mejorar la infraestructura en los próximos cinco años. A pesar de la multimillonaria operación, Ferrovial ya ha recibido muestras de interés de numerosos operadores, entre los que figuran los gestores de los aeropuertos de Francfurt y Manchester o la española Abertis, dueña de Luton. Guerra en los tribunales Ferrovial, como es lógico, habría preferido no verse forzada a vender ningún aeropuerto. Pero también es cierto que cuando se embarcó en adquirir BAA ya conocía la amenaza de Competencia y había hecho sus números. Éstos indican que la posible venta de algún aeropuerto podría también beneficiarle, ya que reduciría deuda y enderezaría la salud financiera del grupo, cuyos compromisos financieros rozan los 29.000 millones de euros. Otra cosa es ver cómo le obligan a cercenar de golpe casi un 40 por ciento de sus activos, posibilidad que la compañía no piensa aceptar. "Continuaremos defendiendo nuestra posición en lo referente a los aeropuertos del sureste del Reino Unido y de Escocia", ha advertido Colin Matthews, consejero delegado de BAA, quien también ha subrayado los riesgos que se ciernen sobre Stansted si le obligan a vender. "Un cambio de propietario interferiría en el proceso de aprobación de una segunda pista, lo que constituye un elemento clave de la política aérea del Gobierno". Se trata del aeropuerto de una sola pista con mayor tránsito del mundo. Como Heathrow, está a la espera de que el Gobierno británico se pronuncie, antes de que acabe el año, sobre la conveniencia de construir una nueva pista en cada uno de estos dos aeródromos, que les permita disparar su capacidad. Según Ferrovial, ahí radica el verdadero problema de los aeropuertos británicos: en su falta de capacidad. De hecho, Heathrow opera al máximo de su capacidad, y los 68 millones de pasajeros que tuvo el año pasado los consiguió con sólo dos pistas, frente a la cuatro que, por ejemplo, tiene Barajas. Para levantar la tercera pista de Heathrow, la compañía ya tiene reservados 600 millones de libras para la expropiaciones de terrenos que prevé llevar a cabo, si obtiene luz verde, de aquí a 2012. En Stansted, además de intentar ampliar su capacidad, negocia las tarifas para el próximo quinquenio, una conversaciones que durarán hasta marzo. Ante las próximas obras, otra filial de Ferrovial, la compañía de servicios Amey, ya ha obtenido la licencia para ser contratista de Heathrow y analiza los próximos contratos por los que podría pujar.