Freixenet decidirá su futuro el lunes. Las tres familias plantearán la oferta que la alemana Henkell puso sobre la mesa para hacerse con el control de la compañía. Aunque también podría surgir la contraoferta de la rama familiar que gestiona la compañía, los Ferrer Noguer, que están en busca de financiación para utilizar su derecho de tanteo. La reunión se produce en un ambiente tenso entre las tres ramas familiares: los Hevia Ferrer, los Bonet Ferrer y los Ferrer Sala. Los Hevia Ferrer, que cuentan con un 29 por ciento del capital, son la parte de la familia que, liderada por el director financiero, Enrique Hevia, quieren vender su parte. Para ello, tienen que convencer a los Bonet Ferrer para que Henkell pueda coger las riendas. Entre estos últimos, José Luis Bonet es el más reticente a la venta, según explican fuentes cercanas, ya que ha aglutinado puestos de relevancia como el de la Cámara de Comercio o la Fira, gracias a Freixenet. Por ello, Henkell le habría ofrecido seguir en la presidencia, según La Vanguardia. Otra de las claves será la decisión de Pilar Bonet, dubitativa a vender, a diferencia de sus hermanos Pere y Eudald.