nueva York. Si el escándalo sobre la manipulación de fechas de emisión de opciones de compra a altos directivos, que ha salpicado a más de un centenar de empresas en Estados Unidos, hizo saltar la voz de alarma de los reguladores, las sorprendentes prácticas empleadas por muchas compañías no dejan indiferente a nadie. Las sorpresas parecen no acabar nunca.La última vuelta de tuerca la ha protagonizado Cablevision Systems, que entregó stock options a uno de sus ejecutivos después de haber fallecido en 1999 y las antedató para hacer creer que le fueron asignadas cuando aún estaba vivo. El proveedor de televisión por cable de Estados Unidos, dueño del Madison Square Garden y del equipo de baloncesto New York Knicks, no ha querido revelar quién fue el difunto destinatario de esas opciones, aunque en Wall Street todo el mundo apunta a Marc Lustgarten, vicepresidente de la compañía que murió hace siete años víctima de un cáncer de páncreas. Esta parece ser la guinda del pastel con la que Cablevision premia a sus inversores, a los que ha ocultado alrededor de 89 millones de dólares que ha desviado para agraciar a sus directivos. Pese a las malas prácticas llevadas a cabo por la firma, hasta la fecha los fiscales federales no han interpuesto demandas contra nadie en concreto ni tampoco han presentado pruebas que puedan poner en peligro el puesto de Chuck Dolan, presidente del Consejo de Administración y mayor accionista de la compañía, o de su propio hijo, James Dolan, que actualmente es el presidente ejecutivo de Cablevision.