Desde su fundación en 1910 en Finlandia, la multinacional Kone, presente en más de 50 países, lleva apostando por la innovación y la ecosostenibilidad para ofrecer un servicio óptimo. Ser conocidos como una empresa segura, así como convertirse en la compañía con los clientes más satisfechos son algunos de sus retos para este año. ¿Cuál es la labor de Kone? Nos encargamos de la venta, instalación, mantenimiento y modernización de ascensores, escaleras mecánicas y puertas automáticas. Nuestra visión se llama People Flow -flujo de per- sonas-, pues nuestros productos ayudan a las personas a moverse mejor y rápidamente en un edificio. No consiste sólo en fabricar un ascensor, una escalera mecánica o una puerta, sino que se trata de pensar cómo se puede mejorar el movimiento dentro de un edificio. Algo importante es que nuestro sector ha sufrido un cambio de negocio dramático durante los últimos años. Antes, Kone era una empresa cuyo principal negocio era producir ascensores y ahora el negocio principal es el servicio, es decir, cómo mantener y modernizar los ascensores. ¿Cuándo empieza y a qué se debe este cambio de mentalidad? Comienza con la crisis del mercado inmobiliario. Hasta ese momento, nuestro modelo de ventas se centraba en tener el mejor producto. Sin embargo, ahora el cliente tiene que comprar Kone porque ofrecemos el mejor servicio. Es cierto que el producto es importante, pero no es suficiente. Por ello, necesitamos que todos nuestros empleados tengan muy presente que el cliente reside en el centro de todo lo que hacemos. Es un cambio de mentalidad completo hacia la persona. ¿Cuál es el perfil de sus clientes? Si nos referimos a nuevas ventas, hablamos de todos los clientes que pueden comprar un ascensor o una escalera mecánica, como empresas constructoras, arquitectos, ingenieros... Y cuando hablamos de servicio, contrato de mantenimiento o modernización del ascensor, el cliente principal es la comunidad de propietarios. Los propietarios pueden ser residenciales como las viviendas o no residenciales como las oficinas, hospitales... De hecho, durante los últimos años, dos de cada tres hospitales que se construían llevaban nuestra tecnología. En definitiva, el cliente que firma el contrato, y que a la vez es usuario, busca que el ascensor sea seguro y eficiente. ¿Cómo gestionó Kone la crisis económica? Vimos la crisis como una oportunidad en la que sólo los más fuertes y hábiles, y con mejor actitud y aptitud podrían triunfar. La manera de lograr esto es teniendo a los mejores profesionales bien formados. De ahí que Kone invirtiese en horas de formación, para transformar a las personas dedicadas al producto en personas dedicadas al cliente y al servicio. En 2015, dedicamos 17.000 horas para la formación de nuestros empleados.