Hace sólo unas semanas el debate interno en Lehman Brothers se orientaba hacia las posibilidades que tenía la entidad de permanecer independiente. Hoy, con una pérdida bursátil acumulada en sólo una semana que ronda el 75 por ciento, ni tan siquiera hay discusión sobre la anterior cuestión, ya que el foco está puesto exclusivamente en que el banco sobreviva. A partir de ahí, se abren diferentes posibilidades. La primera, aunque sólo sea por ser la que se ha utilizado más recientemente (en los casos de Fannie Mae y Freddie Mac), es la ayuda de Papá Estado. Pero, nada más plantearla, no cabe otra que desecharla. Ayer mismo, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Paulson, fue categórico al asegurar que no se usará dinero del Gobierno para resolver la crisis que atraviesa el banco de inversión. "Hay dos cosas que diferencian este caso de otros. El mercado ha sido consciente de la situación mucho tiempo y ha podido prepararse". En otras palabras, que Lehman ya ha disfrutado de un respaldo sustancial de la Reserva Federal y el crédito se ha acabado. Otra opción pasa por que la entidad venda una participación mayoritaria de su negocio de gestión de activos, con lo que se haría con el capital que tanto necesita, pero faltan candidatos. En busca de salvadores Ya entre la espada y la pared, una de las pocas salida para el grupo bancario es encontrar a otra entidad que esté dispuesta a salir en su ayuda. En este punto, es preciso señalar que los analistas estiman que a Lehman aún le quedan por desvelar entre 3.000 y 4.000 millones de dólares en hipotecas de alto riesgo. Ya sólo es cuestión de precio Así las cosas, la venta forzosa del banco estadounidense a un precio mínimo parece ya la opción más posible, por no decir la única. La cuestión que todavía quedaría por dirimir es la fijación del precio. Bank of America, JC Flowers y China Investment son de los mejores situados, puesto que se planteaban ayer asociarse para lanzar una oferta sobre el afectado grupo norteamericano. Mas preocupación que con BS La prensa estadounidense apuntaba ayer que los reguladores posiblemente se mantendrán al margen de la operación, monitorizando la situación por supuesto, pero reacios a ofrecer a cualquier potencial comprador las garantías que JPMorgan recibió en la compra de Bear Stearns en marzo. La razón: el mercado está todavía más preocupado que cuando este último se desplomó, ya que nadie se fía de lo que esconde Lehman Brothers. Lo cierto es que el banco de inversión se encuentra sólo ante el peligro. Las únicas excepciones en este sentido, como apuntaba The Wall Street Journal son la Reserva Federal y el Departamento del Tesoro, que si bien no están dispuestos a soltar la tela, han estado trabajando con Lehman para buscar una solución a sus problemas, lo que habría incluido negociaciones con los potenciales compradores. Tal es el panorama para el cuarto banco estadounidense, que a los habituales candidatos a entrar en una puja de estas características -sólo unos cuantos bancos lo suficientemente grandes pueden acceder a comprar Lehman Brothers- no se les espera. Entre estos quedarían BNP Paribas, HSBC, Deutsche Bank o incluso Banco Santander, pero no parecen querer saber nada del peliagudo asunto. Probablemente, sólo una exótica combinación como la que se plantea entre Bank of America, JC Flowers y China Investment será capaz de evitar el colapso de la entidad. Los despachos echarán humo este fin de semana y las negociaciones llegarán hasta el detalle más nimio. Esta vez Lehman tendrá que mostrar todas sus cartas y, después, tan sólo le quedará confiar en que este fin de semana no sea el de su desaparición. En estos dos días, el banco se juega nada menos que su supervivencia.