Al cierre de esta edición, las conversaciones se habían suspendido de forma temporalmadrid. Todo apunta a que los telediarios italianos transmitirán hoy uno de los últimos capítulos de la telenovela laboral y empresarial que lleva el nombre de Alitalia. En el último episodio, el Gobierno italiano, accionista de la compañía, el grupo de empresarios dispuestos a comprarla y los sindicatos de la aerolínea negociaron una solución definitiva para privatizarla y salvarla de la quiebra, aunque sin éxito. Tras varias horas de conversaciones, al final se suspendieron temporalmente. Después de la reunión, y al cierre de esta edición, el presidente del Gobierno, Silvio Berlusconi, mantenía un encuentro con el titular de Trabajo, Maurizio Sacconi, para buscar una alternativa. Lo cierto es que la jornada de ayer fue de todo menos tranquila. De hecho, un trabajador amenazó con suicidarse. Las organizaciones sindicales llevaban días amenazando con hacer naufragar las negociaciones. El motivo del desacuerdo es que el contrato para pilotos y tripulación de cabina propuesto por los empresarios que quieren tomar Alitalia está muy lejos de ofrecer los importantes privilegios de los que goza el personal. Muchos analistas, de hecho, opinan que los representantes de los trabajadores no han interiorizado que la era de las ayudas públicas se acabará definitivamente. La jornada más larga en la historia reciente de la compañía arrancó a las once de la mañana bajo los peores auspicios. Un importante grupo de trabajadores de la aerolínea se citó en las puertas del Ministerio de Trabajo en Roma y recibió a ministros, empresarios y sindicalistas, que llegaban para la reunión, con insultos y amenazas. Mientras tanto, en el aeropuerto de Fiumicino, una asamblea de la rama de mantenimiento de Alitalia -que se quedará fuera de la nueva compañía- causaba la cancelación de 40 vuelos. A pesar de las protestas, todo apuntaba a cerrar un pacto. El ministro de Trabajo advirtió que de fallar las negociaciones, Alitalia pondría en marcha los trámites para el despido de todos sus trabajadores. En esta situación, incluso los más extremistas sindicatos de Alitalia hicieron saber que su objetivo era encontrar un acuerdo in extremis para evitar la quiebra.