La aplicación de la Directiva Marco de Aguas (DMA) supone un cambio histórico en el modelo de gestión de aguas que ha estado vigente tanto en España como en el resto de la UE. Tres son las dimensiones del cambio: pasar del tradicional enfoque de gestión de recursos al de gestión ecosistémica; priorizar estrategias de gestión de la demanda ¬ahorro&eficiencia¬ y de conservación ¬salud de los ecosistemas¬ frente a los tradicionales modelos de oferta bajo masiva subvención pública; y cambiar los tradicionales enfoques tecnocráticos por nuevos criterios de gestión participativa. La DMA exige pasar de la gestión del agua como recurso a la gestión fluvial sostenible. Al igual que hoy entendemos que los bosques son mucho más que simples almacenes de madera, la DMA exige gestionar los ríos como ecosistemas vivos y no como simples canales de H2O. El objetivo central es recuperar el buen estado de ríos, lagos, humedales y acuíferos, desde el marco de la cuenca, incluyendo estuarios, deltas y litorales marinos. Al reto de gestionar caudales de agua se une el de los flujos sólidos ¬sedimentos¬, de los que dependen deltas y playas ¬cuya arenas proceden mayoritariamente de la erosión fluvial¬, así como los flujos de nutrientes de los que dependen las pesquerías marinas ¬especialmente en mares cuasi-cerrados como el Mediterráneo, pobres en plancton¬. Por otro lado, los tradicionales modelos de oferta basados en el fomento de grandes obras hidráulicas bajo masiva subvención pública deben dejar paso a nuevas estrategias de gestión de la demanda que incentiven ahorro y eficiencia. El principio de 'Quien contamina paga' pasa a un primer plano. Se trata de superar la tradicional mitificación productivista del agua, aplicando el principio de recuperación de costes, incluyendo no sólo los costes financieros, rigurosamente calculados, sino también los ambientales, e incluso el coste de oportunidad ¬de escasez¬, cuando nuestra ambición desborda la disponibilidad sostenible de aguas. Europa nos exige, en suma, dejar de considerar la escasez, en los usos económicos del agua, como una tragedia a evitar, a costa del Estado, para pasar a considerarla como una realidad inexorable a gestionar desde la racionalidad económica. Por último, la DMA promueve el tránsito de los tradicionales enfoques de gestión de corte tecnocrático hacia nuevos modelos de gestión basados en el principio de participación ciudadana pro-activa establecido en la Convención de Aarhus. Todo ello exigirá profundas reformas institucionales y legales. Las Confederaciones Hidrográficas y las Agencias de Agua autonómicas dejarán de ser instituciones de fomento de obra hidráulica para pasar a ser instituciones públicas de gestión integral de cuencas. El tradicional perfil de ingeniería civil que ha caracterizado el currículum profesional en este tipo de instituciones debe abrirse a nuevas perspectivas de gestión holística e interdisciplinar. Ello exigirá un gran esfuerzo, especialmente en las instituciones públicas encargadas de la gestión de cuencas ¬Confederaciones y Agencias del Agua¬, así como en los gestores de servicios de abastecimiento y saneamiento urbanos, públicos o privados, cuyo trabajo deberá integrarse adecuadamente en el marco de la gestión integral de cuencas. En este contexto, la Universidad de Zaragoza, con la colaboración de otras diez universidades públicas, del CEDEX y gracias al trabajo de la Fundación Nueva Cultura del Agua, lanzó el curso pasado un Máster en Gestión Sostenible de Cuencas y Gestión Integrada de Aguas que se sitúa en línea con los llamados executive masters que suelen preparar cuadros de dirección para las grandes empresas cuando se avecinan cambios estructurales de envergadura. Un máster interdisciplinar itinerante, que estudia sobre el terreno los casos de gestión más problemáticos, complejos y conflictivos: en la Cuenca del Ebro -Zaragoza, Vitoria, Matarraña, Gállego, Delta del Ebro, Valencia -; en la Cuenca del Júcar -con el caso específico del Trasvase Júcar-Vinalopó-; en Murcia -con la gestión del Segura y del Trasvase Tajo-Segura-; en el Bajo Guadalquivir -y más en concreto en Doñana -… Este año, el caso del Tajo introducirá la gestión en cuencas transfronterizas, al tiempo que se intensificará la atención sobre los servicios urbanos. Se trata de un máster sin precedentes que se abrirá al espacio europeo, como máster oficial inter-universitario, así como a América Latina, donde las reformas institucionales y legislativas miran cada vez más a Europa a través de España.