Bancos y bonistas ultiman un acuerdo para reestructurar la deuda del grupoEl mercado anticipó ayer el acuerdo entre los bancos y los bonistas que evitará a Abengoa caer en concurso de acreedores. Los títulos B del grupo andaluz se dispararon un 56,42 por ciento en bolsa, hasta cerrar a un precio de 0,28 euros. Un nivel, no obstante, que es aún un 69,2 por ciento inferior a la cotización que registraban antes de declararse en preconcurso de acreedores el pasado 24 de noviembre. Las acciones A, por su parte, subieron el 12,3 por ciento, hasta 0,70 euros (un 61,9 por ciento por debajo del precio previo al preconcurso). El denominado G-7, integrado por el Santander, HSBC, Caixabank, Bankia, Popular, Sabadell y Crédit Agricole, y los bonistas, entre los que sobresalen Blackrock, D.E. Shaw, Invesco, Centerbridge, Värde, Eton Park y Elliott International, ultimaban anoche un acuerdo para reformar la deuda de Abengoa y definir la estructura de la nueva compañía. La negociación se destrabó la semana pasada cuando el consejo de administración de la ingeniería sevillana destituyó de todos sus cargos a Felipe Benjumea, señalado por los acreedores. Inversión Corporativa, la sociedad a través de la que los Benjumea y otras familias andaluzas tienen el 51 por ciento de los derechos políticos de Abengoa, cedió en sus pretensiones. La firma pedía tener el 12,5 por ciento del capital de la nueva Abengoa, ampliable hasta el 30 por ciento si se cumplían determinadas condiciones. Una petición que desbordaba los planteamientos de los acreedores. En este escenario, bancos y bonistas han impuesto su propuesta, que implicará que los actuales accionistas de Abengoa se diluirán hasta el 5 por ciento del capital de la futura empresa. El 95 por ciento restante se lo repartirán entre los bonistas -55-60 por ciento- y los bancos -40-35 por ciento-. Unos porcentajes que ayer aún no se habían definido completamente y que variarán en función de la aportación dineraria que finalmente tengan que asumir unos y otros. En el plan de negocio remitido a los acreedores hace un mes, Abengoa estimó que las necesidades de liquidez para mantener la actividad tras la reestructuración será de 1.130 millones de euros. De ellos, 826 millones corresponden a los requerimientos de 2016 y 304 millones para 2017. La inyección de liquidez que realizarán los acreedores servirá igualmente para poder pagar las nóminas de marzo, así como las facturas más urgentes. La firma atrasó el pago de las nóminas de febrero durante unos días, pero el pasado jueves el nuevo consejero delegado, Joaquín Fernández de Piérola, comunicó a la plantilla que las pagaría. Ayer ya había cumplido con todos los trabajadores. El resto de acreedores Una vez sellado el acuerdo de reestructuración entre bancos y bonistas, aún tendrán que recibir los apoyos suficientes por parte del resto de acreedores para poder aprobar el plan y presentárselo al juez. Para ello tienen de plazo hasta el próximo 28 de marzo. Para que el juez lo acepte, el plan tiene que tener el voto favorable de al menos tres quintas partes (el 60 por ciento) de la deuda, según la ley concursal. Ahora bien, en el caso de los créditos sindicados, el apoyo debe alcanzar como mínimo el 75 por ciento del pasivo afectado.