El valor de su cartera engorda en casi 10.000 millones en un mes, hasta 153.257 millones La banca española refuerza su apuesta por la deuda pública nacional, a pesar del escaso rendimiento que ofrecen estos valores en el escenario actual de tipos ultrabajos. El portfolio engorda en 9.423 millones de euros o el equivalente a crecer un 6,95 por ciento en apenas un mes. Al cierre de enero tenían registrado 153.257 millones, un 19,02 por ciento de los valores en circulación frente al 18,26 por ciento con que habían concluido el año pasado, de acuerdo a las estadísticas del Tesoro. Toman posiciones en bonos y obligaciones exclusivamente en detrimento de una cartera de letras en disminución. En letras atesoran 9.929 millones de los 82.024 emitidos y en títulos a plazos superiores al año su cuota escala del 18,79 al 19,80 en enero, con 143.328 millones invertidos en total. Reducen en letras Los tipos ultrabajos corren a favor del Tesoro. Las últimas letras emitidas las colocó, incluso con un precio negativo del 0,196 por ciento en el plazo de tres meses y del 0,052 por ciento a seis. En un año, el inversor que acudió a la colocación no tuvo que pagar, pero esas letras apenas rentaban el 0,05 por ciento. Las mejores opciones son los plazos superiores: el bono a diez años cotiza al 1,62 y el de 30 años al 2,56 por ciento. Son una opción en un mercado donde los activos de menor riesgo no rentan nada y toca, incluso, pagar un 0,3 por ciento si se inclinan por guardar la liquidez excedentaria en la ventanilla del Banco Central Europeo (BCE). Su estrategia contrasta con las aseguradoras, tradicionales financiadoras del Estado junto a la banca, pero que desde el pasado año han venido reduciendo cartera total de forma sutil, pero ininterrumpida. Estas compañías poseen 55.332 millones en deuda soberana nacional frente a los 56.167 millones de doce meses atrás y apenas 190 millones están en letras. La inversión de este sector se encuentra muy condicionada por una regulación y supervisión que restringe las exposiciones de mayor riesgo puesto que, con dichas carteras, deben responder a los compromisos adquiridos con los clientes al contratar sus pólizas. Pero los tipos ultrabajos están obligando a las aseguradoras a replantear su oferta. No pueden lanzar productos como antaño con rentabilidades garantizadas cuando no hay activos donde invertir que los aseguren. La escuálida remuneración de la deuda alienta, la búsqueda de alternativas. El desafío es doble si desean sacar provecho a las inversiones para mejorar la cuenta. Los elevados resultados cosechados con deuda adquirida cuando el Tesoro pagaba cupones del 5 e, incluso, 7 por ciento ayudó a mejorar el beneficio, pero también a ofrecer precios más competitivos en sus seguros. Con la dificultad actual de reeditar esa conyuntura, los precios deben cubrir todos los costes -de explotación y siniestralidad-.