El Ministerio transforma en lineal la fórmula económica del pliego de los concursos públicosAnulará decenas de contratos licitados en los últimos meses por unos 600 millones de eurosEl Ministerio de Fomento va a acometer una transformación de los pliegos de contratación de obras y de servicios (incluyen conservación y explotación) de carreteras por la que a partir de ahora la parte económica tendrá aún más peso en las adjudicaciones, en detrimento de la técnica. El cambio, que se hará efectivo en breve, desembocará en que las licitaciones en carreteras del departamento que dirige en funciones Ana Pastor tenderán a radicalizar más las bajas y, en definitiva, a que se conviertan en una especie de subastas encubiertas. Esta medida viene obligada por una resolución del Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales (TACRC) con fecha del 12 de enero y que había paralizado todos los contratos del Ministerio por irregularidades en el pliego. Fomento publicará el nuevo pliego en el BOE en los próximos días -o incluso hoy mismo-, según señalan a elEconomista fuentes ministeriales. La modificación afecta a la fórmula económica que se utilizaba hasta ahora para elegir el adjudicatario. La propuesta económica mantiene un peso del 70 por ciento con respecto al 30 por ciento de la técnica en el caso de los contratos de conservación y explotación de carreteras y del 60 por ciento frente al 40 por ciento en el de las obras. Sin embargo, la metodología en la parte económica será a partir de ahora lineal, en lugar de quebrada. Además, el umbral de temeridad quedará fijado en 5 puntos sobre la baja de referencia, según informan las fuentes consultadas. Un ejemplo clarificador. Con el nuevo pliego, cuando un licitador se presente a un concurso en el que la baja máxima sea del 40 por ciento, la puntuación que obtendrá en la parte económica será de 100 puntos, que se tomará de referencia para el resto de ofertantes. Así, el que plantee una baja del 4 por ciento tendrá 10 puntos; con el 8 por ciento, 20 puntos; con el 12 por ciento, 30; con el 16 por ciento, 40; con el 20 por ciento, 50; con el 24 por ciento, 60; con el 28 por ciento, 70; con el 32 por ciento, 80, y con el 36 por ciento, 90 puntos. En el pliego utilizado hasta ahora existen unos límites. Una baja del 10 por ciento recibe una puntuación de 90 puntos. Entre el 0 y el 10 por ciento la proporción es lineal, lo que penaliza las ofertas que estén por debajo de la frontera del 10 por ciento (una del 5 por ciento recibe 45 puntos). Los 100 puntos se otorgan también a la baja más fuerte. Así, siguiendo el mismo ejemplo, cuando un licitador presente un descuento del 40 por ciento, tiene, de igual modo, una puntuación de 100. Ahora bien, se considera la diferencia entre la baja máxima y el límite preestablecido, es decir, 30 puntos. Así, una baja del 13 por ciento supondría una puntuación de 91; una del 16 por ciento, de 92; del 19 por ciento, 93; del 22 por ciento, 94; del 25 por ciento; 95; del 28 por ciento, 96; del 31 por ciento, 97; del 34 por ciento, 98; y del 37 por ciento, 99 puntos. Por tanto, con el sistema anterior, en el ejemplo propuesto, un licitador que presentara una baja del 25 por ciento obtenía 95 puntos sobre 100, mientras que con la nueva metodología, un descuento del 24 por ciento supondrá 60 puntos. En consecuencia, quien quiera lograr una puntuación más alta tendrá que tirar más el precio. Una vez entre en vigor el nuevo pliego, la peor oferta técnica, es decir, la que menos calidad tiene a criterio de la Administración, “puede ser sin ningún tipo de problema adjudicataria” del contrato, un extremo que “hasta ahora era muy difícil que ocurriera”, advierten fuentes del sector. La polémica cláusula 15 La decisión de Fomento se ha precipitado tras la resolución del TACRC, tribunal dependiente del Ministerio de Hacienda, en la que estima una de las tres reclamaciones incluidas en el recurso interpuesto por la Asociación Círculo de Empresas Andaluzas de la Construcción, Consultoría y Obra Pública (Ceacop) contra cuatro licitaciones de Fomento, cuyo importe total se aproxima a los 60 millones. En concreto, el TACRC considera que la Cláusula 15 de los pliegos de contratación utilizados para estos proyectos -que se extiende a decenas de contratos del Ministerio- es contraria al objetivo para la que se creó de otorgar una mayor preponderancia a la oferta económica respecto a la técnica. El tribunal sostiene que con el modelo utilizado cuando la oferta se aproxima a la baja máxima los puntos de valoración económica se diluyen y pierden relevancia frente a los criterios técnicos no valorables mediante fórmulas. Esto, a su juicio, “deja al arbitrio del órgano de contratación la adjudicación de la licitación”. Contra la resolución cabía interponer recurso contencioso-administrativo en la Audiencia Nacional, pero Fomento, tras el análisis de la Abogacía del Estado y de la Intervención General de la Administración del Estado -que había aprobado los pliegos-, ha renunciado a esta vía, que habría retrasado aún más la contratación del Ministerio -acumula casi dos meses sin adjudicaciones- en un momento crítico para la construcción en España. Recientemente, Fomento ya informó en el BOE de la suspensión de 44 contratos de obras y conservación de carreteras que había licitado -pero no adjudicado- desde octubre y hasta primeros de enero, por un importe próximo a los 600 millones, como consecuencia de la resolución del TACRC. A estos podrían sumarse otros muchos, según fuentes sectoriales Todos ellos serán finalmente anulados y tendrán que volver a licitarse bajo los nuevos pliegos. Ayer, por ejemplo, la Sociedad Estatal de Infraestructuras del Transporte Terrestre (Seitt) anunció el desistimiento de adjudicación de las obras del tramo del Enlace de Vidreres en la Autovía A-2 del Nordeste. Está por ver cómo reaccionarán las empresas ante las nuevas condiciones de contratación. En este sentido, según señalan en el sector, tienen el derecho a pedir daños y perjuicios por los gastos incurridos en las licitaciones anuladas del Ministerio de Fomento.