La investigación judicial señala que la sucursal madrileña ayudó a la mafia china a remitir ‘dinero negro’ al país asiáticoAbrió su primera sucursal en 2011 para convertirse, tan sólo cinco años después, en el epicentro de una investigación judicial por presunto blanqueo de capitales de la mafia china. La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil inició ayer el registro en la sucursal madrileña del banco chino ICBC (Banco Industrial y Comercial de China ) en la que detuvo al director de la entidad, Liu Wei, y a cuatro altos cargos, entre ellos, el subdirector general, Chan Guanping. Se prevé que los registros continúen también hoy. La investigación, dirigida por la Fiscalía Anticorrupción y el Juzgado de Instrucción número 7 de Parla, se centra en la colaboración del ICBC con los ciudadanos de origen chino para ayudarles a sacar el dinero no declarado de España. Según han informado fuentes de la Guardia Civil, las tramas chinas conseguían el dinero ilícito, mientras que los responsables de la sucursal bancaria se encargaban de dotar a ese dinero de la apariencia de legalidad suficiente para remitirlo al país asiático. El dinero procedía, presuntamente, del contrabando de mercancía, de delitos contra la Hacienda Pública y contra los derechos de los trabajadores. La Oficina Europea de Policía (Europol) también contribuye en la investigación al considerar que podría tener ramificaciones internacionales. El ministro de Economía, Luis de Guindos, afirmó que su departamento colaborará con las autoridades. El caso entronca con la operación Snake, trama vinculada a la mafia china y dirigida por el Juzgado de Instrucción de Parla. ‘Caso Snake’, punto de partida Los agentes de la Guardia Civil desarticularon en mayo una trama china en España presuntamente dedicada al contrabando de mercancía. Los agentes detuvieron a 32 personas e imputaron a 47 por blanqueo, contrabando, pertenencia a una organización criminal y falsedad documental. Además, incautaron más de 300.000 artículos falsos. Los registros tuvieron entonces lugar en Barcelona, Valencia y Madrid, concretamente en el barrio de Usera, con un alto número de vecinos de origen chino, Vallecas, Cobo Calleja y Fuenlabrada. La trama se dedicaba a importar grandes cantidades de mercancía, eludiendo los impuestos de aduanas y también el IVA, tal y como se informó en su momento. La investigación judicial calculó la estafa en al menos 14 millones de euros, aunque pudieron mover hasta 300 millones de euros. ICBC llegó a España en agosto de 2010, en plena crisis económica. Discreto, y sin muchos movimientos en su consejo de administración, ocupó dos edificios en el Paseo de Recoletos -el número 3 y el 12- por los que paga 607.000 euros anuales hasta agosto de 2018. Dos años después abrió otra sucursal en el número 50 del Pasaje de Sant Joan, en Barcelona, por la que firmó un contrato de arrendamiento de 300.000 euros anuales hasta 2022, según ha podido verificar este periódico. La entidad, que cerró ayer permanentemente su actividad, cuenta con 51 empleados y unos activos por 650 millones de euros. La sucursal española tiene la sede central en Luxemburgo, país donde ICBC Europa presenta las cuentas y desde el que gestiona las oficinas implantadas en territorio europeo como Amsterdam, París, Varsovia y Milán.