Para una aerolínea en la que el petróleo representa el 27 por ciento de sus costes, que éste caiga -y lo haga del orden del 70 por ciento desde el pico de 2014- es siempre una buena noticia. El holding hispano-británico verá crecer un 60 por ciento su beneficio neto en el próximo trienio, hasta alcanzar los 2.413 millones de euros a cierre de 2018. Y lo hará, además, siendo la compañía del Ibex a la que los analistas mejoran en mayor medida su estimación de beneficios para los próximos años. “Para 2015”, dicen los expertos de Banco Sabadell, “esto supondrá un ahorro adicional para la compañía de 600 millones de euros que se suman a los 1.500 millones que ya considerábamos”. Pero no sólo un menor coste del barril de oro negro le favorece. También lo hacen el devenir de sus principales mercados: EEUU, Reino Unido y España. Esto es, economías desarrolladas “de las que IAG será capaz de sacar partido”, comentan los analistas de CaixaBank, además de “sus negocios” al otro lado del Atlántico. “Allí es líder”, aseguran, con un 29 por ciento de cuota de mercado en América del Norte y otro 17 por ciento en Latinoamérica, “donde las compañías low cost no suponen una amenaza relevante”. A ‘precio de derribo’ Si el Ibex cotiza con una prima con respecto a su valoración histórica del 6 por ciento, hay valores, como IAG, que lo hacen con descuentos importantes. Si tomamos como referencia el beneficio de su selectivo, en la aerolínea se pagan sus ganancias con un descuento del 50 por ciento (su PER actual es de 6,7 veces frente a las 13 veces del Ibex). “A 7 euros IAG alberga valor”, reconoce Gemma Hurtado, responsable del fondo Mirabaud Equities Spain, después de ser el cuarto título más penalizado de la tabla en 2016, con una caída del 17 por ciento. Los analistas descartan, además, que el pánico terrorista a futuros atentados pueda afectar a la compañía, en vista de un aumento de pasajeros en los últimos meses.