El presidente de Alibérico estuvo arropado por el mundo empresarial y políticoEl presidente del Grupo Alibérico, Clemente González Soler, recibió el pasado lunes el X Premio Victoriano Reinoso, que concede la Asociación de Empresarios Gallegos en Madrid (Aegama) al empresario más destacado del año. Durante el evento, marcado por un profundo espíritu de esta comunidad, el presidente del Grupo Alibérico estuvo rodeado de grandes responsables políticos como la ministra de Fomento, Ana Pastor -que fue la encargada de entregarle el galardón-; la presidenta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Elvira Rodríguez; la delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa; así como el presidente de Ceim, Juan Pablo Lázaro, y la presidenta de Adefam, Inés Juste. Todos los ponentes coincidieron en destacar el gran papel de González Soler en el desarrollo de su grupo empresarial -que ya cuenta con 17 fábricas repartidas en cuatro continentes-, así como su visión estratégica para posicionar a Alibérico como un grupo de referencia a nivel mundial. No obstante, todos señalaron que este galardón, sin duda, es fruto de su trabajo, sacrificio y lucha por su empresa. Sin ir más lejos, el presidente de Aegama, Julio Lage, resaltó que el presidente del Grupo Alibérico “es un ejemplo de fuerza, capacidad de gestión, liderazgo y visión estratégica” del mercado. La titular de la cartera de Fomento, que se había desplazado desde Orense (Galicia) hasta Madrid esa misma tarde tras una visita institucional, señaló la necesidad de que hubiera más empresarios de la talla de González Soler, al que citó como ejemplo de emprendedor, visionario y que ha contribuido enormemente a la creación de puestos de trabajo de calidad en España. “Clemente ha estado día a día y en el día a día del Grupo Alibérico”, relató Pastor. Con más de tres décadas de experiencia profesional en el sector del aluminio, González Soler fundó el Grupo Alibérico en 1987 y, poco a poco, fue integrando compañías o creando otras nuevas de tal forma que, en la actualidad, exporta el 60 por ciento de su producción a países extranjeros. “Mi vida está en el aluminio, pero mi corazón está en el mar”, recogía el periodista Fernando Ónega sobre unas declaraciones que el premiado hizo hace años. Y es que, el presidente del Grupo Alibérico, a sus 66 años de edad es un empresario ejemplar, tal y como explicaron todos los asistentes. Levantó su compañía piedra a piedra y ahora se enorgullece del legado que ha dejado detrás: el de un imperio creado con esfuerzo, rigor y trabajando cada día. En su discurso, González Soler no se olvidó tampoco de las personas que le han acompañado todos estos años, desde su familia a sus empleados. “Recojo este premio con satisfacción como empresario y orgullo como gallego, pero lo recojo en nombre de 1.000 profesionales que me han acompañado en este apasionante proyecto”, señaló el empresario compostelano antes de decir que “sin ellos, nada hubiera sido posible. Las personas son las que hacen las empresas y los equipos son los que consiguen las metas más altas”, sentenció.