La banca exige que venda activos ya para allanar la negociación con los bonistasLos bancos acreedores y bonistas de Abengoa se toparon ayer con una sorpresa: la empresa no les entregará el Plan de Viabilidad que ha elaborado Álvarez & Marsal, con la colaboración de Lazard, hasta el próximo lunes, una vez aprobado por el consejo de administración de la ingeniería sevillana. El enfado entre las entidades no es menor. Consideran que antes de dar luz verde al plan, la compañía debería haber recibido una aprobación preliminar por parte de KPMG y Houlihan Lokey, los asesores contratados por el G-7 (Santander, HSBC, Caixabank, Bankia, Popular, Sabadell y Crédit Agricole) y los grandes bonistas, respectivamente. Sea como fuere, ayer por la tarde los acreedores no tenían noticias de Abengoa, cuyo consejo de administración aprobará previsiblemente el lunes el plan. A partir de ahí, los bancos y los bonistas ya podrán iniciar las negociaciones formales para elaborar un programa de reestructuración financiera. Claro que, para ello, tendrán que aceptar las propuestas de Álvarez & Marsal respecto a la nueva dimensión de Abengoa. El riesgo, denuncian las fuentes financieras consultadas, es que esto no ocurra, lo que abriría de nuevo la caja de los truenos en torno al futuro de la empresa andaluza. Entre las entidades financieras molesta, y mucho, que “estén enterándose de los planes de Abengoa más por los periódicos que por la propia empresa”, aseguran fuentes próximas al proceso. Al fin y al cabo, entienden que esto es “una cosa de tres (empresa, bancos y bonistas)”. Desde el lunes, cuando ya tenga en sus manos el plan -aunque aún podrían restar algunos flecos por cerrar-, KPMG requerirá de dos semanas para cruzarlo con los informes sobre el mapa de deuda, la operativa de los negocios, las necesidades de liquidez, las garantías asociadas, la gestión de tesorería por país y la viabilidad de los proyectos y elaborar así una estrategia a seguir para la reestructuración. Todo esto, en cualquier caso, está supeditado a que los bonistas inyecten liquidez en la compañía para pagar nóminas y facturas. La tensión con la empresa redunda sobre las discrepancias entre los bancos y los fondos tenedores de deuda. Los bonistas, representados por Houlihan Lokey, se desmarcaron el miércoles con unas concidiones “inaceptables” para las entidades. Para conceder un crédito de unos 160 millones, exigen un interés del 15 por ciento inicial y del 10 por ciento al vencimiento, es decir, del 25 por ciento, y piden a las entidades compartir el 25,4 por ciento de Atlantica Yield (Abengoa Yield hasta hace dos semanas) que tienen pignorado por el préstamo de 125 millones de septiembre y el de 106 millones de diciembre. Los bancos, que prestaron al 5 por ciento, se niegan en rotundo y aguardan a que los bonistas relajen unas condiciones que, sin embargo, sí han sido aceptadas por Abengoa. Al 25 por ciento de interés, la nueva Abengoa tendría que pagar a los bonistas 40 millones. Por ello, los bancos insisten en que la ingeniería debe vender activos de inmediato y poder así relajar las exigencias de liquidez y, en consecuencia, el importe del crédito de los fondos. La empresa ha prometido ventas por 150 millones hasta marzo. Las entidades, entretanto, aguardaban ayer a que los bonistas rebajaran el interés para acceder a compartir las garantías de Atlantica Yield.