El pleno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) decidió ayer no analizar los informes técnicos sobre la reapertura de la central nuclear de Garoña que estaban incluidos en el Orden del Día, después de que éste fuese filtrado a la prensa. Sí aprobó la sustitución del vocal de Nuclenor -la propietaria de la central- en el tribunal de licencias del CSN. Coincidiendo con el revuelo sobre el análisis de los informes citados -se acusa al CSN de someterse a la voluntad de un Ejecutivo que además está en funciones-, el PSOE presentó en el Congreso una Proposición No de Ley en la que pide que se proceda a desmantelar la planta atómica. El ministro de Industria, José Manuel Soria, reiteró que Garoña podrá operar si cumple los requisitos establecidos por el CSN y consideró un “lujo” prescindir de la energía nuclear. Nuclenor, por su parte, anunció que “sigue avanzando en los proyectos” para poner a punto la planta atómica y cumplir las exigencias del CSN.