Se trata de la multa más barata a la banca de EEUU para cerrar la investigaciónEl banco estadounidense Goldman Sachs cierra el tremebundo capítulo de la crisis financiera y las hipotecas basura con el pago de un total de 5.100 millones de dólares (4.655 millones de euros al cambio actual). Una cantidad que dista de los 13.000 millones desembolsados por J.P. Morgan en 2013 (11.868 millones de euros) o los 16.650 millones de dólares pagados por Bank of America Merrill Lynch un año después (15.200 millones de euros), pero que da carpetazo a los polémicos bonos hipotecarios vendidos por la entidad entre 2005 y 2007. Ganará 1.370 millones menos Según el banco capitaneado por Lloyd Blankfein, esta suma borrará alrededor de 1.500 millones de dólares de sus beneficios del cuarto trimestre (1.369 millones de euros) que presentará el miércoles próximo. La entidad ya anunció una reserva de 1.450 millones de dólares anticipando el acuerdo. Si echamos un vistazo a los detalles de pago, Goldman desembolsará 2.385 millones de dólares en forma de multa para poner fin al caso civil en su contra, realizará un pago en efectivo de 875 millones y destinará alrededor de 1.800 millones de dólares a las familias cuyos préstamos excedieron el valor de sus casas. Estas cifras pondrán fin a las demandas en curso y posibles represalias futuras vinculadas con la crisis que desencadenó la peor recesión desde la Gran Depresión. El presidente y consejero delegado de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein, expresó su “satisfacción por haber alcanzado un principio de acuerdo para resolver estos asuntos”. Este acuerdo está sujeto a las negociaciones de la documentación definitiva, por lo que no existen garantías de que las partes implicadas finalmente lleguen a la firma del pacto. De momento, el acuerdo no es definitivo y debe ser ratificado por los reguladores. Es por ello que no se pudo específicar como la multa civil y el pago en efectivo será repartido entre las distintas partes implicadas que varían desde el Departamento de Justicia hasta las fiscalías de Nueva York e Illinois, pasando por la Administración Nacional de Crédito o los Bancos Federales de Hipotecas de Chicago y de Seattle. La decisión pone de manifiesto que casi ocho años después de la crisis de las hipotecas de alto riesgo, que puso contra las cuerdas al sistema capitalista y obligó a los contribuyentes a rescatar a los grandes bancos del país, entre ellos los nombrados en este artículo, todavía pesa entre algunas de las entidades bancarias al otro lado del Atlántico. El intrincado universo que concedió hipotecas a individuos que no podían costearlas y la creación de bonos compuestos por este tipo de créditos, ha tenido un elevado coste en concepto de multas para la banca estadounidense, que no supo o no quiso avisar a sus clientes sobre los riesgos que estos productos implicaban.