La nueva sociedad incluirá cables submarinos, así como los centros de datos de la empresaLa compañía valorará incorporar un socio a la filial de infraestructuras que está preparandoTelefónica ha dado el pistoletazo de salida para desprenderse de parte de su negocio de antenas, centros de datos y cables submarinos. La operadora, presidida por César Alierta, ha iniciado la segregación de estos activos en una nueva filial a la que prevé incorporar un socio o sacarla parcialmente a bolsa durante el primer semestre de este año. Telefónica ya había indicado en noviembre pasado que estaba revisando su cartera de activos para intentar extraer más valor pero ayer mismo se publicó ya el en Boletín del Registro Mercantil (BORME), la constitución de la primera de las sociedades. Concretamente, Telefónica América anunció la creación de la filial Submarine Telecomunnications, que fue constituida el pasado 21 de diciembre, y que cuenta como administrador a Juan Vicente Revilla. Esta será la primera de las filiales en crearse pero a ello le seguirán otras tantas hasta delimitar el perímetro de la nueva compañía que se espera que aglutine las 11.500 torres de Telefónica en España así como los centros de datos y algunos de los 25 cables submarinos que posee la compañía. La nueva sociedad podría estar valorada entre 5.000 y 6.000 millones de euros, pero la operadora no descarta incluir más activos de otros países, como Brasil o Alemania, para crear un gigante internacional de más de 10.000 millones de euros. No hay que olvidar que la compañía cuenta con 60.000 torres, sí como 11 grandes cables de fibra domésticos. Asesorada por TAP Telefónica cuenta para la creación de esta filial con la asesoría de TAP, una firma especializada en la venta de activos de telecomunicaciones que ha trabajado ya con empresas como T-Mobile USA, TIM Participações y Verizon Communications en operaciones similares. De hecho, la propia Telefónica ha vendido ya en el pasado unas 1.000 torres a Cellnex, tanto en España como en Brasil, Mexico, Chile o Colombia. La operadora española avanza así en la línea que están siguiendo también otras grandes empresas europeas como Telecom Italia, que escindió en Inwit su unidad de torres mediante una oferta pública a principios de este año, o Carlos Slim que lanzó en abril del año pasado Telesites para gestionar la infraestructura móvil de América Móvil. Ventas de centros de datos Las grandes empresas de telecos se están desprendiendo también de sus centros de datos. Verizon -el principal operador móvil de Estados Unidos- acaba de abrir con la asesoría de Citi un proceso de venta de sus 48 centros de datos, por los que espera ingresar 2.500 millones de dólares para reducir la deuda que contrajo por la millonaria adquisición del negocio de Vodafone en Estados Unidos en 2014. AT&T también está explorando la venta de sus centros de datos desde el año pasado y CenturyLink anunció en noviembre del año pasado que estaba buscando alternativas estratégicas para sus centros, al igual que Windstream que también vendió este negocio por 575 millones de dólares a TierPoint. Según indicó a Reuters el analista de Kepler Chevreux, Javier Borrachero, “La lectura positiva es que le ayudará a recortar deuda, monetizar ciertos activos y añadir valor. Por el lado negativo está que puedes estar mandando el mensaje de que necesitas hacer más y que estás con mayor presión de lo que la gente esperaba”, añadió. La compañía ha realizado ventas de activos para recortar su nivel de deuda y mejorar su actuación en los mercados en los que se ha quedado en Europa y América Latina. Reducción de deuda El nivel de deuda de la compañía, que ahora asciende a unos 50.000 millones de euros, ya no es visto como una de las principales preocupaciones como un múltiplo de su ebitda, pero esto podría cambiar si la venta de su negocio en Reino Unido a CK Hutchison por 10.300 millones de libras no puede obtener la luz verde de las autoridades antimonopolio europeas. Fuentes consultadas por este diario, no obstante, descartan cualquier relación entre la venta de O2 y la colocación de esta nueva compañía. Las acciones de Telefónica cerraron el lunes con una caída del 1,3 por ciento a 9,46 euros. La operadora se espera que presente los resultados anuales el próximo 26 de febrero, lo que podría dar lugar a un anuncio oficial de la operación. Los analistas dicen que un fracaso en la venta de O2 podría poner en peligro el elevado dividendo del grupo de 0,75 euros por acción - una rentabilidad del 7,7 por ciento en el precio actual de acciones - el segundo más alto entre las empresas del Ibex 35 después de la petrolera Repsol -que ronda el 11 por ciento- y el doble de la de algunos de los principales rivales europeos.