La guerra comercial en financiación al consumo lleva su TAE a mínimos en 3 añosEl crédito fresco, de nueva concesión, vuelve a aumentar después de ocho años de caída ininterrumpida. Según los datos del Banco de España, familias y empresas obtuvieron entre enero y noviembre del pasado ejercicio un total de 420.232 millones de euros, volumen que supera ya en un 0,59 por ciento los 417.733 millones registrados durante el año previo completo. No ocurría desde que en 2007, y tras prestar la banca un récord de 1,25 billones, la crisis empezó a aminorar de forma abrupta las operaciones. El quiebro lo hacen posible las familias. El auge del consumo y en la venta de viviendas se ha traducido en operaciones en favor de los hogares por importe de 68.062 millones, un 12,45 por ciento más que en todo 2014. En empresas habrá que esperar a los datos de diciembre para comprobar si la tendencia, como apunta, cambia de signo, ya que hasta noviembre recibieron 352.170 millones, ligeramente por debajo de los 357.207 millones del año previo. A pesar de la inflexión, los volúmenes continúan siendo modestos: el boom hipotecario contribuyó a poner en manos de las familias nada menos que 289.507 millones durante 2006 y apenas un año después las empresas lograban 990.525 millones en préstamos. En la actualidad se firman operaciones por cuantías que alcanzan apenas un tercio de lo dispuesto antes de que la crisis barriese del mapa el crédito. Y resulta insuficiente para frenar el proceso de aminoración que sufre el negocio. El descenso en el stock iniciado en 2009 limitaba su caída en noviembre al 4,45 por ciento interanual, frente al 12,3 por ciento acusado en pleno cerrojazo de liquidez. El volumen prestado se ha reducido a cotas de 2006 y por el camino se ha perdido un tercio de negocio -580.927 millones- con el proceso de desapalancamiento de familias y compañías y con la alta declaración de morosos. La propia banca aplaza a este año o 2017 el incremento en los saldos vivos. La tipología que volverá a situarse en avanzadilla es la financiación la consumo, cuya concesión repuntó un año antes que en el resto. La caída de su saldo vivo se limitaba en noviembre al 0,89 por ciento, mientras en hipotecas y empresas acusa todavía recortes interanuales del 4,64 y el 5,34 por ciento. El empuje de las compras financiadas con el tirón del consumo y, sobre todo, los holgados márgenes que dejan estas operaciones ha provocado que en este frente prenda también la guerra antes declarada en hipotecas y pymes. La contienda ha hundido su precio a las cotas más bajas en tres años: el tipo medio en nueva concesión bajó al 8,7 por ciento TAE en noviembre -incluye interés y comisiones-, el menor desde el 8,315 por ciento de 2012. A pesar de que el precio del dinero se mueve a ras del suelo -se encuentra en el 0,05 por ciento desde 2014-, su tarificación se mantenía casi al margen de la espiral comercial que había deprimido el precio en financiación a pymes e hipotecas a mínimos históricos.