El panorama al que se enfrentan países conocidos como ‘BRIC’ aún no se ha aclarado del todo, con la subida de tipos de la Fed y los bajos precios de las materias primas como amenazas. Sólo India y China se salvan. Japón se presenta como una opción por la esperanza de más políticas expansivasMuchas sorpresas negativas golpearon a los mercados emergentes en 2015: la crisis política en Brasil, el estallido de la burbuja de Shanghái y el desplome de los precios de las materias primas, con especial protagonismo del crudo, entre otros factores, se conjugaron para desencadenar una tormenta perfecta en la renta variable de mercados emergentes en el tercer trimestre del año. En 2016, el panorama al que se enfrentan está lleno de desafíos. Se espera un modesto incremento del crecimiento, favorecido por un repunte de los países desarrollados y cierta estabilización de los países que más contracciones experimentaron este año. No obstante, según los expertos, siguen presentes importantes riesgos: el ciclo de ajustes de la Fed, los bajos precios de las materias primas y la necesidad de reducir deuda. China e India se estabilizarán Para Philippe Waechter, economista jefe de Natixis, “2016 puede ser el año de la recuperación de los mercados emergentes; la desaceleración de China, el catalizador del malestar, parece estar estabilizándose; y las preocupaciones acerca de una inminente crisis del dólar son exageradas y el desplome de las materias primas podría haber hecho ya suelo”. También los expertos de Julius Baer siguen confiando en las perspectivas de los dos mayores mercados emergentes: China y la India. En cualquier caso, desde la firma advierten de que “dado que el ciclo crediticio está bastante avanzado en muchas de esas economías, no se pueden descartar perturbaciones”. En opinión de UBS, Rusia y Brasil permanecerán en recesión y creen que China se ralentizará a un ritmo aún mayor en 2016 que en 2015. Aseguran además que la subida de tasas de interés en Estados Unidos o la fortaleza del dólar complicarán las perspectivas de los países emergentes que dependen de la financiación en dólares. Y añaden que “persisten varios riesgos idiosincráticos que pueden afectar al mercado, entre otros, la situación en Brasil, los riesgos geopolíticos en Rusia y Medio Oriente”. Desde Robeco explican que “teniendo en cuenta el PER (veces que se recoge el beneficio en el precio de la acción) a 12 meses, las acciones de los mercados emergentes se negocian con un descuento del 31 por ciento frente a los mercados desarrollados, a primera vista las valoraciones resultan atractivas”. Pero desde la firma advierten de que esta diferencia “debería ser superior al 40 por ciento para poder esperar un rendimiento superior a un año vista”. Todas las miradas fijas en Japón A mediados de 2015, la renta variable japonesa se situaba entre las más rentables del mundo, con un repunte del MSCI Japón cercano al 15 por ciento. La violenta corriente vendedora de agosto deshizo todo el camino andado. Sin embargo, en el cuarto trimestre de 2015 ha conseguido resurgir con avances del 7,5 por ciento. A paso lento se recupera también la economía japonesa tras tres años de fuertes medidas monetarias, fiscales y reformas estructurales llevadas a cabo por el Gobierno de Shinzo Abe. Las tres flechas han sido fundamentales para el éxito de la renta variable japonesa en los tres últimos años. Aunque no le faltan críticos al Abenomics pues Japón vuelve a coquetear con la deflación. Por este motivo, Blackrock espera que el Banco de Japón amplíe de nuevo sus medidas de expansión cuantitativa. “Esto podría incluir una ampliación sustancial de sus compras directas de renta variable”, que actualmente ascienden a 3.000 millones de yenes anuales, lo que en opinión de estos expertos tendrá un efecto positivo sobre los beneficios empresariales. De este modo, un aumento de las compras de renta variable por parte del Banco de Japón se convierte en la principal baza de la bolsa del país. Pero desde Andbank alertan: “Se trata de un peligroso juego de creatividad”. Otro foco de preocupación para los expertos de UBS son las elecciones legislativas japonesas que se celebrarán el próximo mes de julio. “La popularidad de Abe, proclive a las reformas, ha caído un 40 por ciento, por lo que podría ser difícil obtener una victoria. Estas tendencias son preocupantes y provocarán ruido en el mercado durante 2016, aunque no prevemos trastornos importantes”, comentan desde la firma. Con todo, mantienen una posición de sobreponderar la renta variable japonesa, “puesto que debería beneficiarse de una mayor rentabilidad y de una serie de incentivos políticos destinados a reavivar el crecimiento y el mercado este nuevo año”. Otro aspecto a destacar es que la revisión del código de gobierno corporativo japonés, lo que anima, según los expertos, a las empresas a desarticular los acuerdos de participación recíproca, liberando efectivo para los accionistas. En esta línea, Blackrock comenta que “Japón está mostrando un renovado interés por los derechos de los accionistas. Los pagos de dividendos están en niveles récord y la recompra de acciones va en aumento. Además, la rentabilidad crece a ritmo constante desde 2008. También nos gusta porque está barata y el entusiasmo por este mercado se ha enfriado”. Para UBS es el sector automovilístico el mejor situado dentro del mercado de renta variable japonesa en 2016. “Teniendo en cuenta el escándalo de las emisiones que afecta a los fabricantes europeos de automóviles y los avances del Acuerdo Transpacífico, los fabricantes de automóviles japoneses sacarán partido a unos controles de emisiones y reglamentos de ahorro energético más rigurosos”, concluyen. Nos gustan los títulos de empresas que están llevando a cabo programas de recompra de acciones.