El primer ministro luso, Antonio Costa, confía en la puja para evitar la resolución de la entidad financieraEl Santander finalmente ha presentado una oferta por el portugués Banco Internacional de Funchal (Banif). La presentación de propuestas para la adquisición de la entidad lusa se cerró ayer a las 20:00 horas y, según el Diario de Noticias, el día anterior había seis grupos que habían mostrado interés, aunque ninguno de ellos presentó una oferta el jueves. Banif es el octavo banco de Portugal por tamaño, con unos 30.000 millones de activos y unos 6.000 millones en créditos. Aparte del Santander, también el Banco Popular analizaba su participación en la puja, si bien al cierre de esta edición no se ha podido confirmar que haya formulado una propuesta. Otro grupo interesado en Banif es el fondo norteamericano Apolo. Lo que han descartado fuentes oficiales portuguesas es que entre los interesados hubiera portugueses o asiáticos. Los días previos se rumoreaba que el chino Fosun o Anbang, que sí habían pujado en el primer intento del Estado portugués por privatizar Novo Banco, harían lo mismo en Banif. Antes del cierre del plazo, el primer ministro luso, Antonio Costa, confiaba en que las ofertas llegarían y que de ese modo el Gobierno portugués podría eludir el inicio de la resolución de la entidad. En todo caso, el primer ministro, aclaró ayer que los costes de esa eventual resolución no computarían como déficit público, y, desde Bruselas, quiso resaltar que cuenta con el apoyo de Mario Draghi, el presidente del BCE, para cualquier acción que tenga que realizar en el banco. Banif se encuentra en una delicada situación financiera y desde el reciente cambio de Gobierno en Portugal se ha visto envuelto en una serie de rumores sobre una inminente liquidación, que ha provocado una errática y volátil evolución en bolsa. Su cotización se encuentra suspendida desde el jueves, a la espera de que ofrezca noticias sobre su venta. El proceso de adjudicación se espera que sea rápido, ya que el Estado, que tiene un 60 por ciento de su capital, quiere desprenderse del banco antes de que entre en vigor el 1 de enero la norma europea sobre resoluciones, que obliga a los depositantes con más de 100.000 euros a responder en la quiebra.