Los empresarios de la sanidad privada están demostrando fortaleza y habilidad para seguir creciendo. Y eso que no lo están teniendo fácil ni ahora cuando se consolida la recuperación económica. A los impagos que clínicas y residencias han soportado y soportan, en el caso de Cataluña o Comunidad Valenciana, suman este año la subida del IVA del 10 al 21 por ciento, mientras observan cómo se van cerrando poco a poco las puertas de la colaboración con la sanidad pública. Ningún gobierno autonómico o partido político se ha atrevido a apostar abiertamente durante la campaña electoral por las múltiples ventajas que aporta el sector privado al sistema público. Otra cosa es que los políticos admitan que no pueden renunciar a los conciertos con un sector que cuenta con casi 10 millones de asegurados y que continúa creciendo. Desde el Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad o la Comisión de Sanidad de la CEOE, el sector está poniendo en valor su aportación al sistema. Labor apoyada por los primeros espadas de las principales compañías que se encuentran inmersos en abrir nuevas vías de crecimiento bien a través de compras y de nuevas aperturas de centros para consolidar su presencia en la geografía nacional o para atraer al paciente internacional, negocio todavía por explotar. Este proceso de concentración empresarial que vive el sector hospitalario, y que recorrieron antes las aseguradoras, afecta ya al 57 por ciento de los centros, según una reciente encuesta de la Federación Nacional de Clínicas Privadas (FNCP). Optimismo Lo cierto es que más de la mitad de los 117 gerentes encuestados mira con optimismo el futuro y prevé un crecimiento de su facturación en 2015, en línea con lo ocurrido en 2014, ejercicio en el que la mitad de los centros afirma haber incrementado sus ingresos y el 48 por ciento restante asegura haberlos mantenido. Buenas noticias, sin duda, para un sector que, además de reducir su exposición al sector público, está buscando también disponer de mayor margen de maniobra respecto a las aseguradoras, ya que se enfrentan a un incremento del volumen de actividad pero con tarifas del año 2006, según denuncian los propios empresarios. Mantenimiento de precios, expansión internacional y diversificación de canales y productos están siendo las fórmulas de las aseguradoras de salud para seguir ganando clientes y disputárselos también en suelo americano, caso de Chile donde Adeslas quiere pelear el mercado a Sanitas. Y es que casi el 25 por ciento de la población dispone de una póliza privada en España y no hay mucho más recorrido. La recuperación tanto de las rentas como del consumo puede servir ahora para subir tarifas, con el fin de mantener los altos niveles de calidad que exhibe el sector en comparación con el sistema público.