El ICO se compromete a inyectar hasta 20 millones de los 200 que necesita el grupoLos bancos acreedores siguen deshojando todas las opciones para evitar tener que inyectar el dinero que necesita Abengoa para sobrevivir hasta el final de año, aunque ya pocos dudan de que es la única salida. Unas necesidades de liquidez que el grupo ha elevado hasta los 115 millones de euros para pagar a proveedores, fundamentalmente, y las nóminas de los trabajadores. El lunes, la compañía que preside José Domínguez Abascal trasladó al denominado G-7 (Banco Santander, HSBC, Caixabank, Bankia, Popular, Sabadell y Calyon) lo previsible: no había conseguido que ningún fondo de inversión concediera la financiación requerida, tal y como le habían pedido las entidades financieras días antes. Ante este escenario, los bancos han reclamado a Abengoa que acelere la venta de activos (ver cuadro), según señalan fuentes financieras. Descartan, por el momento, que se desprenda de su participación en Abengoa Yield, que tras el último canje de los bonistas se limita al 43,19 por ciento (el 14 por ciento está ligado a un crédito de TCI). En paralelo, las entidades acreedoras tratarán de convencer a algún fondo de inversión para que participe en la financiación de la firma sevillana. Ayer, de hecho, mantuvieron un encuentro con potenciales interesados, entre los que se halla, precisamente, TCI. No obstante, la vía de los fondos aparece como una posibilidad remota. No en vano, Abengoa recibió el interés de alguno de ellos, pero “se retiraron una vez vieron la situación de la compañía”, señalan fuentes financieras. En este punto, los bancos trabajan igualmente en una solución compartida entre todos ellos. “Sólo si todo el G-7 está dispuesto a colaborar sería factible conseguir la financiación de los 115 millones”, señalaron ayer fuentes conocedoras del proceso. Por el momento, no hay consenso al respecto, pero al menos han conseguido el compromiso de que Instituto de Crédito Oficial (ICO) participe con una aportación de entre 15 millones y 20 millones de euros, de acuerdo con las mismas fuentes. El Estado saldría así parcialmente (el 10 por ciento) en ayuda de la compañía que todavía controla Felipe Benjumea. KPMG estudiará el plan Además, los bancos analizaron el lunes durante la reunión con Abengoa, que se prolongó hasta las 23 horas, las necesidades de liquidez más urgentes y los ajustes efectuados en cobros y pagos para intentar minimizar la cantidad. De cualquier modo, los 115 millones sólo apagarían el fuego hasta Nochevieja, porque la compañía sevillana también ha transmitido que sus necesidades alcanzan los 150 millones hasta el 18 de enero, fecha en la que Lazard entregará el Plan de Viabilidad solicitado, tal y como avanzó ayer elEconomista. Una vez culminado el citado plan, KPMG, el asesor de la reestructuración, tendrá dos semanas para estudiarlo. El 31 de enero, por tanto, es la fecha marcada en el calendario para que los acreedores tomen una decisión sobre qué hacer con Abengoa. Hasta entonces, la liquidez que necesitará el grupo se eleva hasta los 200 millones (450 millones hasta abril). Por ello, si no hay fondos de inversión que salgan al rescate, ni fructifican pronto las ventas de activos, ésta será la cantidad que la banca tendrá que inyectar adicionalmente. Además de verificar el Plan de Viabilidad de Abengoa, KPMG tiene encargado por la banca un trabajo de amplio espectro, que abarca desde la realización de una revisión independiente del negocio global del grupo, que incluye un análisis de la situación de liquidez, el mapa de deuda, la viabilidad de los proyectos, la situación de las filiales, la evolución a futuro del grupo y alternativas para la refinanciación de la deuda, así como de las potenciales garantías que podrían ser aportadas en la nueva financiación que la compañía ha requerido, según indicaron fuentes financieras.