La filial Yield le pagará hoy un dividendo a su matriz sevillana de 19 millones de eurosLa banca se reunió para seguir buscando los 100 millones que necesita el grupo para acabar el añoAbengoa ha encargado a Lazard que les prepare un plan de negocio para los próximos años. La entidad tiene de plazo hasta el 18 de enero -algunas fuentes amplían el plazo hasta el final de mes- para entregar las líneas básicas del plan de viabilidad de la compañía. Al mismo tiempo, KPMG tendrá que tener el mapa de deuda completamente cerrado en esas fechas, aunque los bancos confían en poder tenerlo en sus manos con anterioridad. Ahora bien, fuentes financieras indicaron que se dejará trabajar con tranquilidad a la consultora para que pueda presentar el mejor análisis posible. Por el momento, KPMG trasladó la semana pasada unas líneas generales del nivel de endeudamiento de la compañía, que coincidían a grandes rasgos con las cifras manejadas por Abengoa. En concreto, la deuda se aproxima a los 24.000 millones de euros. La entidad sigue trabajando para poder completar el mapa de deuda (en su último informe se había escrutado alrededor del 80 por ciento del grupo andaluz), a ser posible la próxima semana o a más tardar antes de acabar el año. KPMG ha puesto a trabajar a un equipo de 15 personas para tratar de delimitar todo el perímetro de deuda y ha desplazado una mitad de este equipo a Sevilla y la otra mitad a Estados Unidos. Según las fuentes consultadas por este diario, las entidades financieras no tomarán decisiones clave respecto a la reestructuración hasta tener todos los números claros y el plan de negocio que prepara Lazard, entidad que Abengoa ya contrató el pasado verano para encontrar un socio industrial. La consultora ha realizado a lo largo de los últimos días una serie de cálculos, asimismo, sobre las necesidades de liquidez de la compañía, país por país. De estos primeros cálculos, han surgido las primeras opciones para resolver las necesidades de liquidez de la firma sevillana, que consistirían en lograr 100 millones antes de final de año. En su último encuentro, celebrado el jueves pasado, las entidades pidieron al grupo andaluz que encontrara un fondo de inversión dispuesto a inyectar la liquidez requerida. Entonces, emplazaron a la compañía sevillana a convocar una nueva cita cuando tuvieran una respuesta al respecto. Ayer, a las cinco de la tarde, comenzó una reunión entre Abengoa y la banca española que se vislumbraba clave para el devenir a corto plazo del grupo andaluz y que al cierre de esta edición aún no había concluido. Una de las opciones que ha sonado con más fuerza es la del fondo británico Children’s Investment Fund (TCI), que a finales de octubre concedió a Abengoa un préstamo de 130 millones de dólares. Ahora bien, el denominado G-7 (Banco Santander, HSBC, Caixabank, Bankia, Popular, Sabadell y Calyon) también solicitó a Abengoa que, dentro de los 100 millones, determine detalladamente cuáles son las necesidades de financiación imprescindibles hasta el próximo 31 de diciembre. Es decir, aquellos proveedores sin los que la actividad se paraliza y no tanto las pagas extraordinarias para los empleados. La fecha no es baladí, puesto que si el grupo se ve abocado al concurso de acreedores antes, la banca tendrá que realizar provisiones por el 100 por cien de la deuda que tienen con la firma que preside José Domínguez Abascal, lo que descuadraría las cuentas esperadas de las entidades. Es por ello, precisamente, por lo que si Abengoa no encuentra el prestamista, los bancos tendrán que arrimar el hombro y conceder más financiación para los pagos urgentes. Eso sí, siempre con garantías adicionales, entre las que sobresaldría la participación en la filial estadounidense Abengoa Yield. Las entidades financieras plantearon en su momento, precisamente, la posibilidad de que Abengoa se desprendiera de un 10 por ciento de la Yield. JP Morgan, contratado por la filial estadounidense para encontrar un nuevo socio que sustituya a Abengoa, recomendó no ejecutar la venta en este momento, cuando las acciones de la compañía norteamericana están en mínimos. Por ello, las entidades han accedido a mantener la participación íntegra, ya que consideran que una venta del 47,13 por ciento que tiene Abengoa de la Yield otorgaría una mejor valoración por la prima de control implícita que supone. Del mismo modo, Abengoa anunció el 11 de noviembre, tal y como indicó este diario, el pago hoy de un dividendo de 0,43 dólares por acción, un 66 por ciento más. Además, reafirmó su objetivo de retribuir a sus accionistas con 1,6 dólares por acción en 2015 y el objetivo de alcanzar de 2,1 a 2,15 dólares para 2016, gracias a su cartera de activos actual, que se ha incrementado este trimestre con la incorporación de Solaben 1/6. Con este pago, la compañía recibirá 21,4 millones de dólares, es decir, 19,28 millones de euros. Suspensión de proyectos Ayer, en una jornada en la que los títulos tanto de Abengoa como de la Yield se tiñeron de rojo, Fitch anunció la rebaja del rating de la deuda a largo plazo del grupo que todavía controla la familia Benjumea desde ‘CC’ hasta ‘RD’ (’default selectivo’), quedándose así tan sólo un escalón por encima del nivel de bancarrota. En un comunicado, la agencia justifica esta decisión en el impago que anunció la pasada la compañía en seis emisiones distintas de bonos en Irlanda, tal y como ya indicó elEconomista, como consecuencia del proceso iniciado entre la compañía y sus acreedores para reestructurar la deuda. El pasado 25 de noviembre, Fitch ya había rebajado el rating de la deuda a largo plazo de Abengoa desde ‘B’ a ‘CC’. Al margen de las negociaciones con la banca y los bonistas, Abengoa se reunirá hoy con los sindicatos con la intención de crear un grupo de trabajo en el que se pueda analizar en la situación y las posibles medidas. Asimismo, esperan una explicación de la dirección de Abengoa sobre las gestiones de los contratos eventuales que se están rescindiendo tanto en Brasil como en España, donde se cifran ya en cerca de 500 personas. En el país carioca, Abengoa ha suspendido temporalmente proyectos que estaban en construcción. La parada de estas obras en el país suramericano, donde el grupo cuenta con proyectos de transmisión eléctrica, supone un grave problema. La filial del grupo mantiene abierto el diálogo con las autoridades brasileñas para encontrar la mejor solución y reestablecer el proceso en el momento en que sea posible.