Las petroleras han iniciado una batalla para hacerse con los clientes con dos frentes muy claros: la fidelización del cliente y los atributos de calidad. Además de lanzar ofertas con tarjetas de descuento que permiten hasta reducir en un 8 por ciento el coste del carburantes, las petroleras tradicionales han lanzado nuevas líneas con aditivos desarrollados en sus centros tecnológicos. Repsol inició en febrero la venta de su línea de carburantes mejorados con Neotech, una formulación que alarga la vida útil del vehículo y conserva sus prestaciones de estreno, lo que permite mantener a lo largo del tiempo el mínimo consumo garantizado por el fabricante. La composición de los nuevos carburantes, garantiza la máxima calidad ya que incorpora trazadores exclusivos que evitan la posibilidad de fraude y aseguran al cliente su origen, la pureza y la autenticidad del producto. Además, gracias a su estabilidad y capacidad detergente se evitan tanto la acumulación de residuos como la formación de depósitos, protegiendo el motor, lo que se traduce en menos averías y, por tanto, en un menor coste de mantenimiento. Cepsa, por su parte, ofrece la Gama Óptima, del que aseguran que mejora el arranque y funcionamiento en frío del motor. Además, sSu composición anti-espuma, permite un llenado rápido y completo del depósito sin salpicaduras y tiene un olor más agradable, gracias a su componente Re-odorante. BP, no obstante, es la única petrolera que ofrece detalles concretos del rendimientos de sus aditivos. Con el BP Ultimate, según indica en su web, se recorrió hasta 56 kilómetros más por depósito lleno en comparación el gasóleo convencional. CLH, por su parte, incorpora también aditivos genéricos a los carburantes que se distribuyen principalmente en estaciones de servicio de marcas blancas. La pregunta es evidente: ¿justifican estos aditivos las diferencias de precio?