El grupo plantea la capitalización de la deuda individualizada por países Abengoa y los bancos acreedores discutieron ayer durante horas el plan de viabilidad que el pasado viernes planteó el grupo andaluz. Sobre la mesa, una cuestión clave: la inyección de liquidez en la compañía en el corto plazo. La empresa pidió el pasado viernes una aportación de 100 millones de euros para poder afrontar el pago de nóminas y proveedores en diciembre y de otros 350 millones para cubrirse hasta marzo. En la reunión, que comenzó a las 18 horas y al cierre de esta edición no había concluido, los bancos mantuvieron sus reticencias a dar más dinero al grupo. A cambio, instaron a Abengoa a deshacerse de una participación próxima al 10 por ciento de su filial estadounidense Abengoa Yield, según fuentes conocedoras del encuentro. A precios de mercado, este paquete está valorado en 143 millones, suficientes para enfrentar los pagos más urgentes. Abengoa, sin embargo, acudió a la reunión, celebrada en la sede del grupo en el Paseo de la Castellana de Madrid, con la intención de buscar cualquier alternativa distinta a la de diluirse ya en la Yield, de la que ostenta el 47,1 por ciento del capital. La compañía sostiene que una venta en este momento supondría “malvender su mejor activo”, toda vez que la filial estadounidense, que cotiza en el Nasdaq, ha derrumbado su cotización desde mayo un 63 por ciento. Ayer, los títulos de la Yield subían el 1,34 por ciento al cierre de esta edición. Así, la capitalización de la empresa se situaba en 1.437 millones. La alternativa a la venta parcial de la Yield, que ya trabaja en la búsqueda de un socio para sustituir a Abengoa, es desprenderse de otros activos en el mundo. Sin embargo, la urgencia con que trabaja el grupo que preside José Domínguez Abascal complica esta opción, máxime si quiere conseguir unos precios conformes al mercado. Si finalmente los bancos accedieran a inyectar liquidez, Abengoa tendría que vincular determinados activos como garantía de cobro, entre los que la banca exigiría la participación en la Yield. El problema es que en el estado de preconcurso de acreedores que se halla la compañía no se contempla la prelación en el pago, como informó este diario el pasado sábado. Por ello, algunas entidades financieras han propuesto la declaración anticipada -sin agotar los cuatro meses de la fase preconcursal- en concurso de acreedores. En esta situación, si los bancos aportan dinero sí tendrían prioridad a la hora de cobrar. El mapa de deuda encargado por la banca a KPMG se espera que esté listo, previsiblemente, hoy o mañana. No obstante, Abengoa y los bancos también analizaron la posible capitalización de la deuda por parte de los acreedores. Éste es el destino que dibujan para la firma sevillana casi todas las fuentes consultadas. Ahora bien, ayer estudiaron la posibilidad de hacerlo de forma individual por cada país. En México e Irlanda, por ejemplo, el grupo ya ha incurrido en impagos de pagarés (en el país europeo, de hecho, hoy le vencen 5,5 millones adicionales). Las acciones B de Abengoa subieron ayer un 7,36 por ciento, hasta 0,35 euros. Desde que anunció el preconcurso, caen el 61,5 por ciento. Mientras, los títulos A se dispararon el 26,33 por ciento, hasta los 0,95 euros. Desde el 25 de noviembre, ceden el 15,9 por ciento.