Presidente de MasterCard para Europa Occidental“La innovación se está desarrollando de forma diferente en cada mercado”, explica Carlo Enrico, presidente de MasterCard para Europa Occidental. Para ello, la compañía busca dar soluciones globales a todos los cambios que la transformación digital ha provocado en los sistemas de pago. ¿Qué importancia tienen hoy en día los pagos electrónicos? Cada año, un 1 por ciento de los pagos en efectivo se convierten en electrónicos, la mayoría de ellos a través de tarjeta. Así, en Europa, de media, un 20 por ciento corresponde a pagos electrónicos, frente al 80 por ciento en efectivo. En este sentido, ¿cuáles son las principales tendencias? En primer lugar, el uso de los dispositivos móviles. Gracias al Internet de las cosas, los métodos de pago necesitarán cada vez menos contacto físico y se realizarán todos a través de estos dispositivos. Por otro lado, la sustitución de contraseñas por otros sistemas de seguridad, como la biometría, a través de la huella dactilar o el reconocimiento facial. Y, por último, el uso de las tarjetas dará paso al pago a través de una aplicación móvil, más simple y segura. ¿Desbancarán estos sistemas a las tarjetas? Aunque hay muchos que dicen que el plástico se extinguirá, yo creo que esto tardará mucho tiempo en suceder. Así, aunque estamos entusiasmados con tantos cambios, lo cierto es que hay compañías que tardarán en adaptarse, por lo que el camino hasta la completa desaparición de las tarjetas va a ser muy lento. Estos cambios se producen a gran velocidad. ¿Cómo se adapta MasterCard a esta situación? Trabajamos para que no nos pillen por sorpresa, y ser nosotros mismos quienes los dirijamos. Buscamos ser proactivos ante esta transformación, no reaccionar a ella. Hay muy buenas ideas en muchos países, pero son iniciativas locales, que no llegan a extenderse a todo el mundo. Nuestra misión es ofrecer soluciones globales. ¿Es posible un sistema sin dinero en efectivo? No somos tan grandes ni tan poderosos como para cambiar a tanta gente. Sin embargo, funcionar con dinero en efectivo es caro, porque hay que desplazarlo y gastar en seguridad. Los pagos electrónicos reducen el coste en infraestructuras y la corrupción, y permiten controlar mejor las transacciones. Estos son mejores tanto para las empresas como para las economías y los ciudadanos, por lo que hay un interés por parte de los gobiernos en mejorarlos. Últimamente están saltando a escena nuevos competidores… ¿Es el mercado los suficientemente grande para todos? Va a estar muy abarrotado, pero la competición va a ser sana. Los consumidores elegirán qué método de pago usar, según sus necesidades, pudiendo decidir entre varias alternativas.