Cuatrecasas informó en 2002 sobre manipulaciones en los productos filatélicos, pero la firma no lo contó a sus clientesLa compañía filatélica Afinsa conocía desde mediados de 2002, cuatro años antes de declararse insolvente, que parte de los sellos que adjudicaba estaban manipulados e incluso eran falsos, aunque nunca informó a sus clientes ni les reemplazó la mercancía fraudulenta. El despacho de abogados Cuatrecasas emitió un informe en mayo de 2002, en el que advertía al consejero de Afinsa, Carlos de Figueiredo, de la falsedad del producto. El presidente de la empresa, Juan Antonio Cano Cuevas, sin embargo, aseguró ayer en la segunda sesión del juicio celebrado en la Audiencia Nacional que desconocía el informe. Cuevas dijo que supo de la existencia de sellos falsos en la primavera de 2003, cuando unos técnicos norteamericanos que querían contratar como proveedores vieron los lotes y advirtieron de la manipulación de algunos sellos. El imputado aseguró que en ese momento la compañía actuó con “serenidad” y no se informó a los clientes para no provocar una crisis en la empresa. Insistió en que esperaron al vencimiento de los contratos para recomprar los lotes y después retirarlos del mercado. Cano Cuevas detalló que ellos no podían conocer qué parte de los sellos en manos de los consumidores eran fraudulentos, afirmación que el fiscal de Anticorrupción del caso, Alejandro Luzón, puso en duda, puesto que la propia Afinsa, en muchos casos, se encargaba de guardar los lotes adjudicados a sus clientes. Sin embargo, el presidente de la compañía justificó que no podían tocarlos, porque violaba la propiedad de esos clientes. El directivo de la filatélica terminó de rizar el rizo al asegurar que no podían conocer la autenticidad de sus sellos, porque no tenían ningún experto de ese rango.