El nuevo escándalo del grupo alemán conllevará un riesgo económico de 2.000 millones, según las previsiones de la firmaAl grupo automovilístico alemán Volkswagen no paran de crecerle los enanos. Ante las acusaciones vertidas esta semana por la Agencia de Protección Medioambiental de EEUU (EPA, por sus siglas en inglés), la filial norteamericana de Porsche -una de las compañías del grupo afectadas- anunció que ha paralizado la venta del modelo Cayenne hasta que se resuelva esta nueva crisis. El escándalo comenzó cuando salió a la luz la manipulación de emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) en determinados modelos de vehículos diésel. Por este hecho, la compañía tuvo que destinar 6.700 millones de euros de sus resultados del tercer trimestre a cubrir los costes iniciales del escándalo. Pero los últimos acontecimientos muestran que esta cantidad se tendrá que incrementar en el corto plazo. Sin ir más lejos, esta semana la EPA amplió la investigación contra el fabricante de coches alemán al considerar que también podría haber manipulado las emisiones de otros modelos de las marcas Audi o Porsche, como es el caso del que ha dejado de venderse en Estados Unidos. La compañía, no obstante, ha negado dichas acusaciones. Pero no sólo eso. Lo que sí ha reconocido Volkswagen es que minimizó el consumo de combustible de 800.000 coches vendidos en Europa y las emisiones de dióxido de carbono (CO2). Esto, según las previsiones hechas públicas por la compañía, representa un riesgo económico cercano a los 2.000 millones de euros. Por este motivo, la Comisión Europea (CE) instó ayer al fabricante de automóviles a acelerar sus investigaciones internas y aclarar si manipuló también las emisiones de CO2. De confirmarse este hecho, cambia el escenario de actuación para Bruselas, que podría establecer multas a Volkswagen si sus emisiones excedían el nivel permitido -a diferencia del caso del NOx, donde la Comisión no tienen potestad sancionadora-. Derrumbe en bolsa Con todo, las acciones del grupo Volkswagen han vuelto a desplomarse en bolsa, al cotizar a 100,45 euros por acción, lo que supone una caída del 9,5 por ciento durante la jornada bursátil de ayer, lo que representa una rebaja de 10,55 euros en comparación con los 111 euros con los que clausuró el mercado el día anterior. De hecho, si se compara con los máximos anuales tocados en septiembre antes del escándalo, los títulos del grupo Volkswagen se han derrumbado un 40,8 por ciento. Sin embargo, esta caída en bolsa no es la única mala noticia para el consorcio automovilístico alemán, ya que la agencia de calificación crediticia Moody’s rebajó ayer de A2 a A3 la perspectiva de rating, que continúa siendo negativa. La analista responsable de Volkswagen en Moody’s, Yashmina Serhini, comentó que “las nuevas demandas plantean nuevos retos para la compañía en términos de flexibilidad financiera y de posición competitiva, y aumentan las preocupaciones de Moody’s sobre asuntos de control y gestión interna de Volkswagen, debilitando aún más así su perfil de calificación”.