Las praderas de posidonia son consideradas hábitats de interés prioritario por la Unión Europea por su gran valor ecológico, ya que acogen numerosas especies marinas, generan oxígeno, fijan el carbono y realizan un papel esencial en la conservación de los ecosistemas costeros al favorecer la sedimentación y proteger las playas de la erosión. Red Eléctrica de España ha desarrollado en los últimos años diferentes proyectos de líneas eléctricas submarinas, como la que enlaza Mallorca con la Península y las nuevas conexiones entre Mallorca e Ibiza, e Ibiza y Formentera, en las que trabaja actualmente. La construcción de estas infraestructuras eléctricas en aguas de Baleares ha permitido a la compañía conocer este entorno tan valioso y apostar por el desarrollo de un proyecto de I+D+i basado en una técnica innovadora de cultivo de posidonia en vivero para la mejora de la repoblación de las praderas de esta planta endémica del Mediterráneo. De este modo, Red Eléctrica lanzó en el 2013 esta iniciativa de cuatro años de duración inicial que dirige y financia con más de 400.000 euros. Para su ejecución, cuenta con la colaboración científica del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados, especialista en el estudio de la posidonia, así como con la participación de los buzos científicos de Laboratorios Munuera. El proyecto se desarrolla en cuatro fases. La primera es el estudio de gabinete y propuesta de la técnica. La segunda fase consiste en la recolecta no invasiva de semillas y haces procedentes de la fragmentación natural de las praderas de posidonia para su cultivo en laboratorio. Unos grandes tanques alojados en el Centro de Interpretación del Parque Nacional Marítimo Terrestre del archipiélago de Cabrera acogen estos viveros, donde se controla y analiza la biología de la planta, el tipo e intensidad de la luz, y la salinidad, el pH y la temperatura del agua. Plantación manual Cuando las pequeñas plantas han adquirido la madurez necesaria, se trasladan a la zona seleccionada para su plantación manual en el lecho marino mediante la técnica de jardinería. La plantación es la tercera fase del proyecto, que conlleva más dificultades debido a las características del medio acuático. Los tiempos limitados de inmersión de los buzos científicos o la flotación son circunstancias que ralentizan estos trabajos. Los nuevos esquejes se trasplantan con unos anclajes metálicos diseñados específicamente para este proyecto con el fin de asegurar su fijación al suelo marino, en el que se utilizan diferentes tipos de sustrato con el objetivo de conocer cuál es el mejor para el crecimiento de la posidonia. Clasificadas las parcelas y las nuevas plantas, comienza el seguimiento periódico para determinar la tasa de supervivencia y el grado de crecimiento de cada una de acuerdo con el tipo de suelo, profundidad y temperatura del agua. Esta última fase finalizará con el estudio y análisis de los resultados, con el fin de confirmar la viabilidad técnica y económica de este proyecto y crear un protocolo de recuperación de las praderas de posidonia. Así, se contribuirá a preservar de forma global una especie esencial para la sostenibilidad de los ecosistemas marinos del mar Mediterráneo.