U na de las herramientas imprescindibles para que una compañía sea competitiva y consiga mejorar su posición en el mercado es, sin duda, la investigación. Cepsa lo ha tenido siempre muy claro y, por eso, hace ya 40 años, decidió abrir su propio Centro de Investigación, actualmente ubicado en la localidad madrileña de Alcalá de Henares. Unos 70 profesionales altamente cualificados trabajan diariamente en la optimización de los procesos de producción, en mejorar la calidad de los productos y en desarrollar otros nuevos en base a los acuerdos de investigación que se establecen anualmente con las siete unidades de negocio: refino, petroquímica, exploración y producción, lubricantes, asfalto, marketing y Health, Safety and Environment (HSE), donde se recogen los proyectos de investigación que se van a abordar. El centro está dotado con modernos sistemas de equipos analíticos de última tecnología, "aunque una de nuestras principales fortalezas -apunta Rafael Larraz, director de Investigación y Desarrollo Tecnología de Cepsa- son las plantas piloto -alrededor de 30-, en las podemos reproducir a pequeña escala casi todos los procesos que tiene la compañía en sus fábricas para mejorarlos, lo que implica un apoyo muy grande a todos los negocios". Una de las áreas de investigación en las que la compañía lleva diez años trabajando es el desarrollo de biocombustibles avanzados. Cepsa ha sido pionera en España en la implantación del aceite vegetal hidrotratado, explica Larraz, "un compuesto que se utiliza en el diésel porque tiene muy buenas propiedades y que fabricamos en nuestras refinerías, aunque el proceso empezó en el Centro de Investigación". En esta línea, apunta el director de I+D, "llevamos unos seis años trabajando en el desarrollo de otras alternativas para ofrecer a nuestras refinerías procesos en los que se puedan fabricar biocombustibles". Precisamente, el gran excedente de glicerina que se genera en la fabricación de biodiésel, unido al exceso de acetona que se produce durante la fabricación de fenol, ha llevado a la puesta en marcha del proyecto Acetales, cuyo objetivo es obtener un aditivo para el diésel por medio de la obtención de un acetal de la glicerina y la acetona. El producto obtenido es un combustible avanzado de tercera generación y, por tanto, de elevado valor añadido. Este proyecto, apunta Larraz, "está en proceso de patente y es un claro ejemplo de cómo dos áreas pueden, a través de la investigación, tener una sinergia y buscar una solución para resolver los problemas que se pueden presentar en cada una de ellas". Recuperación del petróleo Al tratarse de un mercado más dinámico, donde la necesidad de adaptarse requiere el desarrollo continuo de productos innovadores, el área petroquímica de Cepsa ha sido la que mayor demanda investigadora ha requerido. Los trabajos que se llevan a cabo en el Centro de Investigación no podrían madurar si no fuera por la inyección económica que la compañía destina anualmente, alrededor de 10 millones de euros, y que ha decidido no reducir a pesar del entorno de crisis económica general que se ha vivido en los últimos años. Además del negocio petroquímico, Cepsa también ha reforzado las inversiones en I+D en otras áreas, como la producción y exploración de petróleo. La compañía ha creado un equipo en el Centro de Investigación para abordar proyectos como la recuperación mejorada del petróleo y otras tecnologías de apoyo a la producción. En el caso de la recuperación de petróleo, la compañía ha desarrollado una tecnología pionera que permite aumentar la recuperación de crudo de forma significativa mediante el uso de productos químicos fabricados en las plantas químicas de Cepsa. Para entendernos, explica Juana Frontela, responsable del Centro de Investigación, "cuando un campo de petróleo deja de producir de forma natural, no quiere decir que el crudo se haya agotado, sino que una parte del mismo -alrededor del 60 por ciento-, queda embebido en la roca, no puede salir por sí solo, y es necesario inyectar algún fluido para conseguir mejorar la recuperación". Desde el Centro de Investigación, señala Frontela, "hemos conseguido una formulación que lleva un detergente que lo que hace es lavar la roca para que el petróleo se pueda desprender. Gracias a esta formulación, hemos conseguido obtener entre un 15 y un 20 por ciento más de petróleo que antes no se recuperaba". Pero los proyectos no acaban aquí. Uno de los más recientes es el proyecto Ecoasfaltos, liderado por el Centro de Investigación de Cepsa, en el que también participan Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA), la Universidad de Granada, el área de Asfaltos de Cepsa Comercial Petróleo y las refinerías de La Rábida y Gibraltar-San Roque -ambas de Cepsa-. El objetivo es desarrollar un tipo de asfalto más sostenible donde se aprovechan ciertos subproductos de difícil gestión ambiental generados en las propias refinerías, algunos de los cuales no se pueden volver a reutilizar. Una de las principales ventajas de utilizar estos subproductos en las mezclas asfálticas, explica Rafael Larraz, "es que permite trabajar a temperaturas inferiores a las habituales, mejorando las condiciones de trabajo de los operarios. El uso de ecoasfaltos, también permitirá disminuir el consumo de productos energéticos, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la proporción de partículas en suspensión".