Después de que CaixaBank anunciara el pasado junio que había decidido retirar su oferta pública de adquisición (opa) sobre las acciones que no controlaba del banco luso BPI, su apuesta estratégica por Portugal se encuentra "en espera". El propio Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, lo dejó entrever ayer, al referirse a los nulos cambios registrados en el mercado portugués desde verano. "El consejo de BPI ha aprobado un proceso de escisión de sus filiales en Angola y Mozambique porque se había detectado un problema de concentración de riesgos", explicó. "Primero vamos a ver cómo lleva adelante este proceso, y luego ya veremos", adelantó. BPI, además, figuraba en la lista de posibles candidatos a quedarse con Novo Banco, el banco bueno surgido tras la quiebra de Banco Espirito Santo. Aunque no formó parte de las entidades finalistas en la puja, el Banco de Portugal suspendió la subasta y pretende retomar el proceso en los próximos meses. Pocas compras en España Gonzalo Gortázar tampoco fue nada explícito a la hora de dar pistas sobre si es posible que la entidad adopte una actitud proactiva si se producen nuevas integraciones en el sector, como se anticipa. "Nosotros hemos presentado un plan estratégico que está vigente hasta 2018, en el que no se contemplan operaciones corporativas", afirmó Gortázar. Junto un día antes, el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, también había sido esquivo cuando se le preguntó sobre la posible oleada de integraciones y se escudó en que los acuerdos entre España y Europa impiden a la entidad realizar adquisiciones en unos años.