madrid. La industria aeroespacial rusa era la envidia del resto de empresas del país durante la era soviética. Hace 15 años, Rusia se situaba como el cuarto constructor de aviones del mundo, pero su época de esplendor ha ido decayendo paulatinamente, sobre todo en el terreno de la aviación comercial, prácticamente monopolizado en las últimas décadas por Boeing y Airbus.Aún así, sus fabricantes aeronáuticos en el terreno militar siguen teniendo prestigio mundial y sobreviven gracias a las exportaciones de cazabombarderos de marcas con gran tradición como Sukhoi. El propio Gobierno ruso ha reconocido que la industria aeroespacial nacional necesita una inversión de 20.000 millones de dólares en la próxima década si quiere mejorar su competitividad. Para paliar, en parte, esta situación, el pasado mes de julio se anunció la creación de la United Aircraft Company (UAC), un holding aerospacial controlado por el Estado ruso y dirigido por Alexei Fedorov. Esa nueva compañía abre la puerta a que empresas extranjeras tomen una pequeña participacion en el grupo. La UAC está compuesta por seis compañías aeroespaciales nacionales: Sukhoi, Mikoyan, Ilyushin, Irkut, Tupolev y Yakovlev, que trabajan en el negocio aeronáutico militar y civil.Airbus, bien colocadaPero la presentación en sociedad de este consorcio no impide que los gigantes de la aviación comercial rusa estén desfasados. Sólo se salvaría la empresa Sukhoi, el mayor fabricante aeronáutico del país. Ella sola acapara el 40 por ciento de todas las exportaciones militares de Rusia, más de 5.000 millones de euros cada año.El resto, en especial las empresas de aviación comercial como Tupolev, Ilyushin y Yakovlev, no se encuentra en su mejor momento. Prueba de ello es el anuncio de la aerolínea rusa Aeroflot, que necesita renovar su flota de largo alcance con una veintena de aviones por 3.000 millones de euros. La industria nacional ya ha demostrado que no puede hacer frente a este contrato tras quedarse el fabricante Ilyushin fuera de la oferta. Boeing podría quedar descartada tras los enfrentamientos de Moscú y Washington por la futura entrada de Rusia en la Organización Mundial de Comercio (OMC). Y aquí entra en escena Airbus. La filial de aviación comercial de EADS podría verse beneficiada de un pacto con la industria rusa si consiguiera este pedido. De hecho, el fabricante europeo ya le ha ofrecido a Aeroflot sus nuevos aviones A350 para la renovación de ésta flota. Sería un error pensar que EADS sólo se quiere aliar con la industria rusa para conseguir un contrato de veinte aviones, si se tiene en cuenta que el año pasado consiguió 1.000 pedidos. Otra ventaja de la alianza de EADS con Rusia sería el mayor peso económico e industrial de la empresa. Pese a ser el mayor gigante aeroespacial europeo con una facturación de 34.200 millones de euros, EADS todavía está muy lejos de los gigantes norteamericanos como Boeing, que ingresa todos los años 54.845 millones de dólares (43.166 millones de euros).El aspecto negativo de una alianza con Rusia son las posibles represalias comerciales de Estados Unidos. EADS lucha en la actualidad por algunos contratos estrella del Pentágono que podrían torcerse si Moscú se acerca a la empresa aeronáutica.La filial de transporte militar de EADS, que engloba el negocio de la antigua Construcciones Aeronáuticas (Casa), ha vendido tres aviones CN-235 al programa de guardacostas norteamericano Deepwater y tiene opción de llegar a 35 aparatos. Existe también otro gran concurso al que ha acudido el consorcio europeo. Se trata de la licitación del Joint Cargo Aircraft (JCA). EADS se presenta con el grupo norteamericano Raytheon como socio local y opta a la venta de 145 aviones de tamaño medio. Las posibilidades comerciales de EADS en Estados Unidos se completan con el megacontrato de aviones cisterna para el ejército norteamericano.Competencia de EADSAdemás de la pérdida de contratos en Estados Unidos, la industria rusa también es competencia directa de EADS en muchos negocios. Sukhoi y Mikoyan (éste último fabrica los conocidos cazas Mig) controlan el mercado asiático de venta de cazabombarderos. Es prácticamente impensable que el consorcio aeronáutico europeo pudiera colocar su programa estrella en el negocio: el Eurofighter.Algo parecido ocurre con el negocio de los helicópteros. La filial de EADS, Eurocopter, lo tendría muy difícil para entrar en mercados en los que ya está presente la industria rusa con los helicópteros fabricados por Mikoyan. El MI-26 especialiado en transporte y el MI-28, de ataque, son dos de sus joyas de la corona.Podría haber un acercamiento intermedio entre EADS y la industria de defensa rusa que se limitara a la colaboración tecnológica en proyectos comunes. De hecho, ya existen alianzas de este tipo. Desde los años noventa, las empresas que crearon el consorcio europeo están presentes en Rusia. Tras la reorganización en EADS, se creó una empresa en el país para controlar todas las actividades.Ahora EADS tiene que decidir si está cómodo como socio tecnológico de Rusia o quiere dar un paso hacia adelante para convertirse en un inmenso gigante europeo aeroespacial y de defensa. En los próximos meses saldremos de dudas.